El profesor Luis Enjuanes Sánchez (Valencia, 1945) es el director del laboratorio de coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología, una institución del Consejo Superior de Investigaciones Científica (CSIC) en la que lidera un equipo compuesto por 16 personas cuyo objetivo es terminar la que podría ser una de las mejores vacunas contra el SARS-CoV-2, el coronavirus causante de la enfermedad COVID-19.

–La nueva ministra de Ciencia ya pone fecha a la vacuna española contra el coronavirus.

–En el CSIC se están desarrollando al menos siete vacunas distintas. Cada una lleva un ritmo distinto. Está la vacuna del profesor Mariano Esteban, del Centro Nacional de Biotecnología, que está basada en un “postvirus” que su equipo y él conocían muy bien y que han desarrollado con eficacia muy rápidamente. Esta vacuna probablemente esté lista a comienzos del próximo año.

–¿Y la de su equipo?

–La nuestra va más lenta. Está basada en un replicón de RNA que es más complejo e inmuniza contra más de un antígeno. La estamos preparando en dos formulaciones: una que se administra intramuscularmente y otra que se puede administrar infranasalmente. Y esto lleva más tiempo.

–No todos los coronavirus son tan maléficos como el SARS-2. ¿No es eso?

–Coronavirus hay muchos que afectan a animales y al hombre. De los que afectan al hombre se han visto nueve, pero se han aislado siete. Los cuatro primeros que se aislaron hoy en día están atenuados. No sabemos bien la virulencia que tenían en origen. Los otros tres son los virulentos: el SARS, el Mers y el SARS-2. Estos son patógenos que causan enfermedad, tiene una mortalidad muy variable que oscila entre el 2 y el 37%. Afortunadamente, el que tiene una mortalidad del 37%, elevadísima (mata a uno de cada tres que infecta) se disemina muy mal. Como mute, como lo está haciendo el actual, pues entonces sí que sería una tragedia.

–Entonces, ¿la familia de los coronavirus siempre es pandémica?

–El SARS-2, sí. A los hechos nos remitimos. Pandémico es cuando infecta a ciudadanos de un número de países determinados. Los coronavirus producen epidemias, que pueden ser de distinto grado. Esto es lo más frecuente. Pandemias como esta no tengo noticia que se haya desarrollado en el pasado con un coronavirus. Las pandemias son raras, no son muy frecuentes. Sabemos que pasan y que van a continuar pasando: se considera que hay una pandemia cuando se han infectado varios países, no sólo 2. El coronavirus actual, el SARS-2, ha infectado más de 222 países y 214 millones de personas y ha matado a 4,4 millones.

–¿La gripe de 1918 no es un precedente?

–Tienen propiedades y comportamientos muy distintos aunque, por ser respiratorios, tienen elementos comunes y en el daño que causan hay muchas partes que son semejantes. Los dos virus evolucionan a mucha velocidad antigénicamente, por eso van esquivando la respuesta inmune que nosotros o las vacunas inducen.

–¿Qué ha pasado para que en un solo año tengamos tantas vacunas contra el COVID si se tardó un siglo en encontrar la de la fiebre tifoidea?

–Vivimos tiempos distintos a nivel de las tecnologías. Además le diré que ahora no se hace la investigación secuencialmente. Una investigación tiene muchas fases. Antes se hacía la fase 1 y hasta que no estuviera concluida no se pasaba a la 2 y así hasta el final. Ahora se inician todas las fases y se desarrollan todas las tecnologías en paralelo. Claro, si luego te das cuenta de que has iniciado la fase 4 y no te sale la 2 o la 3 pues pierdes mucho dinero. Pero ahora este no ha sido el factor más importante, las investigaciones se han hecho paralelamente y no secuencialmente y con los medios que hay se va muy aprisa.

–¿Hay cepas distintas del coronavirus?

–Sí. Todos hemos oído que la cepa inglesa es distinta de la sudafricana. No son idénticas antigénicamente, han variado en más de diez residuos que son clave, pero se pueden tipar, clasificar.

–La investigación de los antivirales va más lenta que la de las vacunas.

–Son muchos los laboratorios implicados que están evaluando antivirales que trabajan basándose en distintas estrategias y midiendo distintas rutas metabólicas. No se tardará mucho en identificar varios antivirales contra el COVID.