Las puertas de Zamora se abren un año más al arte “sin etiquetas” gracias al festival “Jo tía!!!” , una bocanada de reivindicación social, transgresión y mucha diversión.

Desde mañana y hasta el domingo, la ciudad del románico se dará un respiro a sí misma y se quitará de encima la fama de ciudad antigua, aburrida y tradicional. Por unas horas, quedará ahogada de espectáculo y “mucha libertad”. Un oasis fugaz de diversidad para la comunidad LGTBIQ+ entre los campos de la España Vaciada.

El festival “Jo Tía!!!” recoge el testigo del icónico Transgress Fest que durante cuatro –rompedores– años se celebró en la Plaza de la Catedral. Esta nueva apuesta, que se celebrará en Ifeza, invita a unirse a todo aquel que quiera “romper los esquemas de la sociedad”, relata Juan Carlos Barrios, organizador del encuentro que destaca que es “único” en el país y una de las pocas iniciativas “tan potentes” del verano, aún a medio fuelle por la pandemia.

“Se trata de dar visibilidad a grupos a los que no se les tiene en cuenta en los festivales”, explica Barrios sobre un cartel estelar que aúna a personalidades del mundo queer que huyen de encasillarse en géneros, sexos y cajones sociales. Aunque están en la cresta de la ola, no suelen tener cabida en los festivales al uso, quizá por desarrollar un espectáculo fuera de los esquemas y los paradigmas.

Y es que “no se hace para ganar dinero”, anuncia el organizador, que asegura que en ese caso la opción fácil habría sido traer a cualquier grupo de rock pop y montar una barra con bebidas. En su lugar, “Jo Tía!!!” acoge a identidades tan potentes como la de la inclasificable Samantha Hudson, icono de una generación harta de las etiquetas, o a grupos más desconocidos como Shego, cuyas cuatro integrantes desprenden “el punk más glamuroso”, como reza el portal del festival: aquí todos tienen la visibilidad que se merecen.

Zamora se convierte gracias a “Jo Tía!!!” en un punto de referencia del movimiento, aunque Barrios critica el sambenito que les ha caído encima “no se trata de arte gay”, reivindica sobre lo reduccionista de un término que se queda lejos de englobar la música, la performance, las artes plásticas y en resumen, el arte “vanguardista” que se respira en el “Jo Tía!!!”.

El objetivo de este tinglado en el que participan artistas de todo el país no es otro que el de “cambiar la base del pensamiento contemporáneo, a través del arte”, reivindica el creador.

En él se transpira la identidad queer –que sostiene que el género es una construcción social– “todas las identidades sexuales son anómalas”, relata Barrios, que desvela que en el festival dejan sin clasificación a “mujeres, hombres, heterosexuales, homosexuales...” porque para la cultura queer, el cuerpo se convierte en un medio, sólo eso.

Más voces que se escapan de la norma darán un grito de libertad en Zamora, que por unos días, va a hacer que Chueca y Malasaña se sientan anticuadas: concurso de drag queen, lencería masculina, performance y diversidad a espuertas en mitad de la España Vaciada.

De momento, más de 700 personas procedentes de toda la geografía nacional disfrutarán de este festival que reta los estigmas contemporáneos a golpe de arte, que agita ideas y derrumba prejuicios.

El grupo Lädies Crüe en una actuación. Cedida

Los niños también están invitados “no hay nada que esconder, al revés”, apunta el organizador, que recuerda a las miradas más críticas que “Jo Tía!!!” no es un carnaval del desenfreno, sino un festival del más puro “arte vanguardista”.

Lo “diferente” es apto para todos los públicos, y Barrios recuerda cuando en las noches del antiguo festival en la Plaza de la Catedral, “los niños subían a cantar al escenario con las transformistas”, normalidad que considera de una “importancia absoluta” y que además era “muy divertido, una maravilla”, confiesa sobre un mundo artístico que es tanto de mayores como de pequeños.

Y es que este maremágnum de “carisma” inundará Zamora de manera literal, pues sin ningún tipo de pudor avisan de que “se recomienda traer bañador y toalla” para un festival con un aforo que se limita al 20% de la capacidad real del recinto, por lo que la distancia está más que asegurada.

Las atracciones de agua, la zona de ocio y relax, el parking para caravanas... todo está listo para tres días de cultura “fuera de los límites” que se atreve a dar visibilidad tanto a música punk como a bolero, en un paraje “tan inigualable”, presume el promotor zamorano, como es la capital del Duero, que por unos días abandonará la historia del cerco y del motín de la trucha, y se convertirá en un “mundo diferente”, que, en palabras de Barrios, calienta motores para dar rienda suelta “al color, el ingenio y el entretenimiento”.