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La última sorpresa de Pompeya

Investigadores de la Universitat de Valencia descubren una tumba única en una necrópolis inexplorada hasta ahora

Un investigador valenciano encuentra una momia en Pompeya. / POMPEII SITES

Marcus Venerius Secundio es el nombre propio que un grupo de arqueólogos ha aprendido recientemente y que puede demostrar que en la antigua Pompeya pasaban muchas más cosas de las que se conocían hasta ahora. El descubrimiento de un esqueleto con partes momificadas —que data de la última época de la ciudad antes de su desaparición, en el año 79 d.C.—, es un hallazgo único en el que ha participado un nutrido grupo de profesionales valencianos, como Ana Miguélez, Joaquín Alfonso, Juanjo Ruiz o la restauradora Tania Saiz, además de otros de la Universitat de València (UV), como Pilar Mad.

La última sorpresa de Pompeya.

Se trata de un difunto que, al contrario de lo que era típico en la época, no fue incinerado y sepultado en un columbario, sino que se le inhumó en una «cámara sepulcral sellada, diseñada previamente», explica Llorenç Alapont, investigador del departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua de la UV, que dirige la investigación junto a Luana Toniolo, arqueóloga del Parco de Pompeya, institución que coordina los trabajos.

El arqueólogo y antropólogo apunta que los restos han aparecido en la necrópolis de Porto Sarno, al este del centro y descubierta en los 90 pero prácticamente inexplorada hasta ahora. Por ello, el equipo multidisciplinar apostó por la zona, al pensar que «podía aportar mucha información y datos nuevos», pero en lugar de encontrar tumbas samníticas como esperaban (más antiguas), dieron con un «hallazgo excepcional por varios motivos».

El arqueólogo detalla que el sepulcro cuenta con una inscripción que relata la vida de Marcus Venerius Secundio, que pasó de ser esclavo a ganar cierto estatus, lo que en algunos casos se daba, pues la idea actual de «esclavo» no siempre se ajusta a la realidad y algunos eran cultos, como los «funcionarios» de la época. De hecho, calculan que el difunto tendría unos 60 años, muy mayor para entonces, y sus huesos revelan que «no hizo nunca un trabajo de exigencia física».

La inscripción, además, destaca que Marcus Venerius Secundio pagó para que hubiera teatro en griego en la histórica ciudad. «Sería la primera prueba que confirma que en Pompeya se representaban obras en griego», destaca Alapont, por lo que «el hombre tenía cierto gusto y sensibilidad» por las artes.

Otro punto que hace único el sepulcro —también de gran valor arquitectónico y con pinturas decorativas— es que el cuerpo no fue incinerado. «Tenemos que descubrir por qué razón una persona de relevancia social, que debería dar ejemplo, no siguió la tradición», apunta el arqueólogo. Las hipótesis son que tuviera origen griego (o se viera influenciado por su gusto por esta cultura, pues allí sí enterraban los cuerpos); o que se tratara de una elección personal, lo que sería «revolucionario», pues mostraría que en Roma «había libertad para poder elegir tu funeral».

De hecho, en la misma cámara sepulcral hay dos urnas con cenizas: una de vidrio correspondiente a «Novia Amabilis», quizás su mujer, y también con restos de dos menores; y otro recipiente de cerámica, correspondiente a un individuo.

Cabe destacar que los trabajos para recuperar el esqueleto en buena parte momificado —y que conserva cabello y una oreja en el cráneo, así como la mayoría de huesos— se planificaron a conciencia. «Abrimos la tumba rápidamente y preparamos una puerta para sellar la entrada de la cámara y que las condiciones ambientales no deterioraran los restos», dice Alapont.

Análisis de ADN

Ahora, el siguiente paso es analizar las sustancias y restos de telas que hay sobre el cuerpo, para intentar confirmar que se embalsamó a conciencia. De esto, se encargará ArchaeChemis (la Unidad de Análisis Químico de la UV) bajo la supervisión de Gianni Gallelo. Asimismo, también habrá estudios de ADN con la colaboración de la Universidad de Cambridge, para asegurar que los difuntos de la vasija son familiares.

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