Desde ayer, las farmacias gallegas pueden certificar el resultado de un test de antígeno para detectar el COVID-19. Un negativo en el mismo o en una PCR o el certificado de vacunación con la pauta completa es de obligada presentación para tomar algo en el interior de un bar, cafetería, pub o restaurante hasta nuevo aviso.
Para los ciudadanos con edades comprendidas entre los 13 y los 35 años, el grueso de la población sin vacunar completamente, el test de antígenos se coloca como la alternativa más rápida y barata, de ahí que un buen número de farmacias quisiese ayudar prestándose voluntaria ante el Sergas para ayudar con las certificaciones. Hay que recordar que los menores de 13 pueden entrar en estos establecimientos (excepto los pubs o discotecas) sin mostrar ningún certificado.
A media tarde de ayer, un total de 546 boticas se habían adherido al convenio con el Sergas para poder realizar estas certificaciones, según los datos facilitados por los cuatro colegios oficiales de farmacéuticos.
La cifra supone el 39,5% del total de estos establecimientos –superior a un tercio del total– aunque los boticarios indicaron que “había un goteo de nuevas adhesiones” por lo que entre hoy y mañana podría subir considerablemente el resultado.
Por provincias, Pontevedra es la que más éxito ha registrado con 281 boticas preinscritas, lo que supone casi el 64% del total provincial. Alba Soutelo, presidenta del Colexio Oficial de Farmacéuticos pontevedrés explicaba que, no obstante, algunas (un número ínfimo) manifestaron su idea de no seguir adelante, al tiempo que otras optaron por subirse al carro por lo que es posible que la jornada de hoy comience con un número diferente.
La segunda provincia con mayor adhesión fue Lugo (37,8%), seguida de Ourense con el 27,5% y A Coruña con el 25,1%.
Si usted o algún familiar entre el rango de edad de 13 a 35 años tiene que realizar el test de antígenos, lo ideal es que, primero, llame a la farmacia de su elección para preguntar si ya ha firmado el convenio con el Sergas para poder certificar y qué protocolo sigue.
Al mediodía de ayer, había boticas interesadas en adscribirse al programa pero que aún habían firmado el convenio por lo que podrían tardar dos jornadas en tener disponible el servicio.
Desde la Farmacia López Viéitez en Vigo, Amil, su responsable, explicaba ayer que “desde primera hora de la mañana –hay que tener en cuenta que la plataforma tecnológica donde incluir los datos de los usuarios empezó a funcionar a las 9.30 horas– estuvimos recibiendo gente para hacer el test de antígenos porque tiene validez de 72 horas”.
Al igual que en otras boticas consultadas, la mayor parte de este tipo de pruebas fueron realizadas a jóvenes veinteañeros pensando en el fin de semana y poder acceder a pubs, discotecas y otros establecimientos de hostelería.
En el caso de esta farmacia, para evitar sobrecargarse con este servicio, han encargado a uno de sus empleados dedicarse a realizar los test de antígenos. En otros establecimientos, el protocolo es diferente. Permiten hacer la prueba antes de una hora determinada, por ejemplo, las once para concentrar todo lo posible las pruebas a primera hora; mientras que en otras boticas están abiertas a realizarla durante toda la jornada.
Amil López reconocía a última hora de ayer que desde hoy trabajarán con cita previa para evitar aglomeraciones o largas esperas.
Preguntada sobre si este servicio las ha sobrecargado de trabajo, respondió que “nosotros apostamos por una farmacia asistencial; es un camino en el que queremos poner nuestro granito de arena. Es una oportunidad muy buena, se abre un canal de esperanza para la sostenibilidad de las farmacias”.
El presidente del Colegio de Farmacéuticos de Ourense, Santi Leyes, indicó que “somos conscientes del contexto de esta situación sanitaria. Siempre intentamos hacer las cosas con previsión pero las circunstancias son las que son”.
Su homóloga viguesa, Alba Soutelo, con farmacia en la calle Camelias de Vigo, reconocía ayer que sí estaba un poco “sobrepasados de trabajo pero contentos porque queremos colaborar para ayudar en la lucha contra la pandemia”, al tiempo que indicaba que el mayor volumen de trabajo no llegó con el cribado de saliva sino con los certificados de vacunación. “La farmacia es el mayor emisor de certificados y eso está colapsando a las farmacias”, concluyó, ya que los centros sansitarios derivan a los pacientes a las boticas.
