La ministra de Igualdad, Irene Montero, consideró ayer que si Juana Rivas ingresa definitivamente en prisión sería “un escándalo para las mujeres, para el movimiento feminista”, y “una muy mala noticia para la democracia”. “Le estaremos mandando el mensaje a muchas mujeres que se están protegiendo a ellas mismas y a sus hijas e hijos de la violencia machista que proteger a sus hijas e hijos y protegerse a ellas mismas puede salirles muy caro”, manifestó en declaraciones a los medios en San Lorenzo de El Escorial después de que la Justicia anulara el tercer grado que se le había concedido a Rivas.

La mujer fue condenada a dos años y medio de prisión por un delito de secuestro parental tras permanecer en paradero desconocido con sus dos hijos en el verano de 2017 para no entregárselos al padre, el italiano Francesco Arcuri, con quien compartía la custodia. El hombre había sido condenado en 2009 por lesionarla y ella lo había vuelto a denunciar por maltrato en 2016.

Montero tachó de “gravísimo” el posible ingreso en prisión de Rivas y consideró necesario que todas las instituciones hagan una reflexión sobre la importancia de demostrar que actúan para proteger los derechos de todas las mujeres. “Al menos por parte del Gobierno y de este ministerio quiero mandar un mensaje a las mujeres para que sepan que no están solas”, dijo.

Tras estas declaraciones, la ministra de Justicia, Pilar Llop, afirmó a los periodistas que su departamento está esperando a los informes preceptivos para decidir si el Gobierno indulta o no a Rivas tras serle anulado el tercer grado.