El primer ministro británico, Boris Johnson, antepuso sus propios “intereses políticos” a las “vidas de los ciudadanos” con su reticencia a endurecer las restricciones para contener la pandemia el pasado otoño, según su exasesor, el controvertido Dominic Cummings. En una entrevista a la BBC, quien fuera mano de derecha de Johnson asegura que el dirigente conservador se mostró reacio a intensificar las restricciones para contener la propagación del virus y decretar el segundo confinamiento con el argumento de que quienes fallecían eran “esencialmente los mayores de 80 años”.

Su exasesor dice que en un mensaje de móvil, Johnson llegó a admitir que “no se tragaba eso de la saturación del NHS (sistema sanitario público)” y que al primer ministro lo que le preocupaba era no destruir la economía nacional.