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ALBERTO GÓMEZ CARBALLA Investigador

“Nuestra prueba diagnóstica permitirá tener resultados en menos de 30 minutos”

Lidera el grupo gallego que desarrolla una nueva técnica para detectar el COVID-19 más competitiva que las actuales, basada en el sistema de edición genética CRISPR

Alberto Gómez Carballa. FDV

Un equipo de investigadores liderado por el doctor Alberto Gómez Carballa, del Grupo de Investigación en Genética, Vacunas e Infecciones en Pediatría (GENVIP) del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago (IDIS), tratará de desarrollar y validar una nueva prueba diagnóstica del SARS-CoV-2 basada en el sistema de edición genética CRISPR, no invasiva y más competitiva –será más económica y más rápida– que las actuales PCR. “Al tratarse de una metodología que no requiere material ni equipos sofisticados y ser de bajo coste, podrá implementarse en distintos escenarios y puntos de atención, y también en los países más desfavorecidos”, explica el doctor Gómez Carballa. Una decena de científicos forman el equipo investigador del estudio, que ha obtenido una ayuda de 30.000 euros de la Fundación Mutua Madrileña.

–¿En qué consiste el proyecto?

–Estamos intentando desarrollar un test que compita y mejore las pruebas actuales de la qPCR (más conocidas como PCR), que sea más rápido, más barato y que tampoco requiera un equipamiento específico de laboratorio para llevarlo a cabo. Y además de esto, vamos a intentar hacerlo con muestras no invasivas, como es la saliva, lo que facilitaría también la obtención de la muestra sobre todo en pacientes en los que hacer una prueba nasal es más complicado, como es el caso de los niños, para quienes resulta bastante molesto. Además, no se necesitaría tampoco personal entrenado para hacerla. Uno mismo podría sacarse su propia muestra.

–¿Qué diferencia tendría con los test actuales de saliva?

–Esos test están basados en la PCR y son un proceso que requiere de un laboratorio especializado y tres o cuatro horas para tener resultados. Nuestra prueba permitirá obtener el resultado en menos de treinta minutos.

–¿Con qué técnica están trabajando para desarrollarla?

–Estamos trabajando con la tecnología CRISPR/Cas12, que está muy de moda en los últimos años en cuanto a edición génica. Nosotros vamos a aplicarla para la detección de ácidos nucleicos del SARS-CoV-2.

–¿En qué fase se encuentra el proyecto?

–Hemos hecho ya algún piloto y estamos detectando la presencia del virus. Ahora mismo estamos utilizando como diana el gen N del coronavirus, pero ya estamos probando otros genes con éxito y en un futuro esperamos poder hacerlo en muestras crudas de saliva sin necesidad de hacer aislamiento de ácidos nucleicos y, esperamos no solo detectar la presencia o ausencia de virus, sino también poder estimar la carga viral del paciente a través de un análisis de fluorescencia. Nuestra previsión es tener ya un test optimizado y validado a finales de 2022.

–¿Qué importancia tiene saber la carga viral del paciente?

–Es un dato muy interesante porque se supone que a mayor carga viral, mayor es la contagiosidad del paciente.

–¿Serviría para detectar todas las variantes del COVID-19?

–Sí, porque es una tecnología completamente adaptable. Podríamos utilizar cualquier diana del coronavirus.

–¿Qué aporta la técnica de edición genética CRISPR a las pruebas diagnósticas de las enfermedades infecciosas como el COVID-19?

–Además de rapidez, lo que aporta es especificidad, porque es una técnica que va dirigida directamente a la diana que deseas. Además, la amplificación previa que hacemos no requiere de ningún equipamiento, es a una única temperatura y muy rápida, con lo cual, acorta los tiempos muchísimo con respecto a la PCR convencional.

–Otro factor importante al que aludió antes es su coste, menor que el de las PCR.

–Y la idea es que sea aún más económica de lo que es. Además, al no requerir equipamiento específico de laboratorio, que suele ser bastante caro, también abarataría los costes.

–¿Qué aplicaciones tendría?

–Una de las aplicaciones ideales para esta tecnología serían los cribados masivos para ayudar al control preventivo de esta pandemia o de futuras pandemias que puedan surgir. El control de los contagios es crucial porque estamos viendo que para controlar el virus no es suficiente que parte de la población esté ya vacunada y que como le des un poco de cancha revive y aparecen brotes. Creo que vamos a convivir años con este virus y que hay que estar preparados, no solo para luchar contra este, sino también contra los que vengan. Por eso es importante no solo desarrollar tecnologías, sino también un entramado de investigación estable que nos permita tener un tiempo de reacción más corto en futuras pandemias del que hemos tenido en esta. Y para esto lo que se necesitan son recursos.

–Justo lo que denuncian ustedes los científicos que falta.

Nuestra situación es precaria desde hace años. Los investigadores trabajamos con contratos por proyectos, esto cuando tenemos suerte. Yo estoy en un grupo bastante estable; llevamos varios años juntos y estamos obteniendo bastantes fondos para proyectos. Pero esto no siempre es así. Nos dedicamos a estudiar las bases genéticas y genómicas de las enfermedades infecciosas pediátricas. Pero la llegada de esta pandemia nos reorientó un poco e hizo que enfocásemos parte de nuestros esfuerzos en investigar el coronavirus para intentar aportar nuestro granito de arena a ayudar a solucionar esta crisis sanitaria. Ya hemos publicado varios trabajos de filogenia del SARS-CoV-2. Más que el propio coronavirus nos interesa cómo reacciona el huésped a esa infección y eso es precisamente lo que estudiamos en nuestro grupo: la infección desde el punto de vista del paciente.

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