Pfizer planea solicitar a la Administración estadounidense que autorice una dosis de refuerzo de su vacuna para el COVID-19 el próximo mes, según explicó el principal científico de la farmacéutica. La petición llegaría tras comprobar que existe un mayor riesgo de reinfección seis meses después de la inyección y tendría en cuenta la expansión de la variante delta.

La Administración de EE UU para Comida y Medicinas (FDA por sus siglas en inglés) y el Centro para Prevención y Control de Enfermedades (CDC) aseguraron en un comunicado conjunto que, no obstante, los estadounidenses que hayan recibido la pauta completa no necesitarán la inyección de refuerzo por ahora. Algunos científicos cuestionan también la necesidad de estas dosis extra.

El jefe científico de Pfizer, Mikael Dolsten, explicó que la disminución de la efectividad de la vacuna que ha reportado recientemente Israel se debe principalmente a la gente que se inmunizó en enero o febrero. El ministro de Sanidad del país aseguró que la cifra había caído al 64% en junio. “La vacuna de Pfizer es muy activa contra la variante delta”, había asegurado previamente Dolsten. Sin embargo, seis meses después, explicó que “probablemente haya riesgo de reinfección, ya que los anticuerpos, como se anticipaba, disminuyen”.

Pfizer no publicó todos los datos de Israel el martes pasado, pero aseguró que lo haría pronto. “Es un conjunto de datos pequeño, pero creo que la tendencia es precisa: seis meses después, ya que la variante delta es la más contagiosa que hemos visto, puede contagiar y causar síntomas leves de la enfermedad”, aseguró Dolsten.

La FDA y el CDC, en su comunicado conjunto, aseguran que se habían “preparado para las dosis de refuerzo si, y solo en ese momento, la ciencia demuestra que son necesarias”.

Por su parte, la comisaria europea de Salud y Política de Consumidores, Stella Kyriakides, aseguró ayer que la Comisión Europea está “preparada” ante la posible necesidad de una tercera dosis, o dosis de refuerzo, de las vacunas contra la COVID-19.