El avance de las plantas fotovoltaicas por la región de Murcia está en pleno auge. Los ‘macroproyectos’ para la instalación de estas infraestructuras generadoras de energía renovable están en el punto de mira desde hace tiempo por su impacto sobre espacios de alto valor ecológico o en terrenos agrícolas en uso. Las instalaciones que ya están operativas en suelo murciano generan a día de hoy 1.200 megavatios, pero el Gobierno de Murcia está tramitando en la actualidad 170 proyectos nuevos que cuadruplicarían la potencia producida, llegando a los 4.000 megavatios.

El debate sobre el impacto de estas instalaciones en el paisaje, la fauna y flora protegida, así como en la actividad agrícola, es tan amplio que varios ayuntamientos han aprobado moratorias o han eliminado incentivos fiscales para controlar la proliferación de las plantas solares hasta que haya una regulación real de estos proyectos. Cartagena y Yecla son dos municipios donde han sacado adelante sendas mociones para frenar temporalmente estas instalaciones. En Mula, su ayuntamiento ha denunciado un modelo que tachan de "especulativo basado en la masificación de ‘macroproyectos’ que ocupan grandes superficies y tienen un gran impacto paisajístico”.

'Boom solar'

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El Gobierno regional se resiste a frenar la expansión de la energía renovable en la comunidad. El ‘boom solar’ ya ha despertado la queja de vecinos y ecologistas que ven cómo estos huertos solares se proyectan en los entornos de pequeñas o medianas localidades rurales o incluso en zonas protegidas o de Red Natura 2000. La asociación naturalista ANSE ha hecho un llamamiento “a la responsabilidad de las empresas fotovoltaicas para evitar la construcción y tramitación de grandes centrales solares” en terrenos de alto valor ecológico.

Los 300 días de sol al año de los que disfruta Murcia atraen a potentes inversores extranjeros que ven en la Región una oportunidad de negocio. La rentabilidad del alquiler de terrenos dedicados mayormente al secano compite con el miedo a que estas plantas rodeen un pueblo. Colectivos vecinales, como el de la pedanía muleña de Yéchar, han denunciado que los futuros huertos solares “amenazan” con construirse a escasos metros del núcleo urbano. Observan en estos movimientos empresariales una estrategia especulativa que apenas dejaría un beneficio económico. La patronal local de empresas de energía renovables también se ha mostrado crítica por la “falta de regulación y control” de los grandes proyectos dibujados por multinacionales que llegan de Noruega, China y otros países orientales.