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Volver a nacer a los 30 años de edad

La canaria afincada en Vigo María Beuster relata en su libro “Cáncer es naccer” cómo el tumor que casi la lleva a la muerte se convirtió en un “regalo” de vida

María Beuster Pérez, ayer en Vigo.

Hay libros como regalos. Se abren, se descubre el celofán o papel que los envuelven y se revelan compañeros de viaje en la vida que incluso llegan a transformarla. La abogada María Beuster espera que su obra “Cáncer es naccer” entre en este grupo. El título encierra un juego: naccer tiene las mismas letras que cáncer pero en diferente posición. Con el volumen, busca ayudar a personas que como ella se enfrentan o enfrentaron al diagnóstico cáncer. Para ella, al final fue un obsequio.

A los 30 días de cumplir 30 años, la canaria afincada en Vigo María Beuster recibió el “regalo” de su vida, como ella misma lo describe: un tumor cerebral cuyos nombres y apellidos eran astrocitoma en grado III, de crecimiento rápido.

Una visión distorsionada, la pérdida de fuerza en una mano mientras se cepillaba los dientes y un desvanecimiento fueron las primeras señales de alarma. Entonces, María –abogada– se encontraba en casa de su madre en Canarias de visita.

En el hospital, en un primer momento, barajaron la posibilidad de un ictus o un ataque epiléptico pero al neurólogo que la atendió no le cuadraba la casuística. Finalmente, tras muchas pruebas entre las que descubrieron que estaba embarazada, dieron con la primera respuesta: tumor cerebral.

Me dijeron que era enorme, que había que operar inmediatamente. Volví a Barcelona donde trabajaba y allí me practicaron una cirugía que salió muy mal con un postquirúrgico fatal. Peleé por vivir. Al salir de la operación, no podía hablar y descubrí que no me habían dado cita con el logopeda, que solo me habían quitado un trocito de tumor y que no había cita para una segunda operación, solo para un revisión tres meses después... Sin decirme nada demostraron que era una sentencia a muerte a tres meses. Todo salió mal”, explica Beuster diez años después del “shock”.

Ese momento lo compara como “dejarme desnuda en el desierto”. A pesar de tener todo en contra –incluso la relación fallida con su esposo durante el trance–, la joven fue sacando fuerzas para batallar. “Yo no quería morirme. Empecé a buscar médicos pero nadie quería operarme. No se atrevían. Me desmoralicé. Tampoco me decían cuántos meses me quedaban de vida. No había opción para mí hasta que encontré a un médico que sí se atrevió en el hospital universitario de Navarra”, rememora.

La segunda operación le salvó la vida poco antes de la navidad (recuerden, significa nacimiento) pero la guerra contra el cáncer no finalizaba ahí. Le quedaba la recuperación. Estas vicisitudes y otras son recogidas en su libro, con historias de amor y desamor entrecruzadas como la de un anterior novio gallego de universidad que le brindó en el peor momento su deseo de pasar con ella lo que le quedara de vida y que acabaría siendo su segundo marido. “Aunque al final nos acabamos separando en el confinamiento”, agrega.

Tras una década de su enfermedad, María Beuster –madre de un hijo después del cáncer– ha decidido contarlo todo en un libro autoeditado. “Me costó escribirlo. Es una historia dura pero está escrita desde el amor. Una persona que tuvo o que está viviendo un cáncer se verá reflejada, pero incluso gente que no tiene tumor me dice al leerlo que le sirve para otras esferas de su vida, como si fuera coaching”, añade.

Los puntos fuertes de la obra son su estructura y la filosofía vital codificada en los capítulos. Presenta cuatro partes: un regalo de cumpleaños inesperado, desenvolver el regalo, aceptarlo y el valor del regalo.

Boocktrailer de "Cáncer es naccer".

Boocktrailer de "Cáncer es naccer".

“Este –agrega– es un libro con la historia de una superviviente de cáncer. El objetivo no es contar mi historia sino dar una esencia esperanzadora; no ofrecer un drama”.

Para ella, el tumor fue “un regalo” por todas las “enseñanzas” que le brindó. Una de ellas fue no preguntarse por qué le había tocado el tumor a ella, una persona que ni bebía, ni fumaba, “ni hacía nada. Preguntarme por qué me hacía mucho daño y no me ofrecía soluciones. Pasé a preguntarme para qué, para qué sucedía eso. Yo me respondía: para ser consciente de que la vida son momentos y que no hay que mirar ni el ayer ni el mañana; también para saludar la excepcionalidad de la normalidad, de la rutina, que no valoramos; para tener el coraje de dejar atrás una vida que me estaba devorando sin ser yo consciente. Mi vida estaba entonces sobre cañas de bambú, sin cimientos”.

Su testimonio y palabras sobre el libro –del que el 10% de las ventas será entregado a la investigación para el cáncer– se podrán oír en la EMAO (Escola de Artes e Oficios) en Vigo el martes 29 de junio a partir de las 20.00 horas. Junto a ella intervendrá Loles Carrera, farmacéutica y creadora de www.saludalos40.com.

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