Un estudio internacional entre 708.561 pacientes, codirigido por especialistas del Hospital Clínic, ha concluido que los trastornos mentales surgen mayoritariamente en las primeras dos décadas de vida y de manera preferente a los 14 años.

El doctor Joaquim Raduà, coautor del estudio e investigador del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS), presentó ayer los resultados, junto con la directora del Instituto Clínic de Neurociencias, Josefina Castro, y el jefe de psiquiatría del Hospital Clínic, Eduard Vieta.

Investigadores de diferentes países han estudiado a un total de 708.561 pacientes de los cinco continentes para determinar la edad en la que aparecen los trastornos y así poder poner el foco en la detección precoz. “Si fuéramos capaces de detectar a tiempo cualquier cambio que avise de un posible trastorno mental, quizás podríamos corregirlo y conseguir que el cerebro madure de una forma sana, previniendo la aparición del trastorno”, explicó Raduà en rueda de prensa.

El estudio revela que la edad en la que empiezan más trastornos mentales es a los 14 años, una época en la que el cerebro está experimentando unos cambios madurativos importantes.

Asimismo, los investigadores han observado que la mayoría de los trastornos mentales van apareciendo de forma ininterrumpida durante los primeros 25 años de vida y que algunos que surgen en los primeros años derivan en otros conforme va avanzando la edad.

Los resultados de la investigación cuestionan la división actual de la salud mental entre dispositivos para menores de 18 años y otros para mayores de esa edad, pues “una proporción importante de los pacientes ven fragmentada su atención en una edad crítica”, destaca Raduà.

El especialista propone en este sentido “suavizar esta fragmentación” o bien crear “unidades especializadas que no tengan un límite de edad”.

Según el estudio, la edad media (en el 50% de los casos aparece antes y en el 50%, después) para fobia y ansiedad es a los 8 años, para trastorno del espectro autista, a los 9; para la anorexia nerviosa, a los 17; para el TOC, a los 19 y para la esquizofrenia, a los 25 años.

Por su parte, la doctora Castro destacó que la pandemia ha acrecentado los casos de personas con problemas de salud mental, también entre los más jóvenes, después de una época en la que, por la COVID-19, “la red de primaria estaba muy ocupada” y se redujeron visitas de patologías aparentemente no urgentes. “El tiempo dirá si este incremento de prevalencia persiste o se debe a que durante un tiempo no se visualizaron” como resultado de la pandemia, como también ha pasado con el cáncer, resaltó la especialista.

En todo caso, Castro apuntó que en los últimos años se ha incrementado la detección temprana, conforme se han ido aceptando socialmente las patologías en menores, si bien “queda todavía camino por recorrer”.