Estabilidad. Es la palabra más repetida para describir la situación epidemiológica en Galicia desde el pasado mes de abril. Un día más, la curva de casos activos vuelve a subir, pero de forma muy ligera, mientras que la presión hospitalaria no experimenta cambios. Las "turbulencias", pequeñas subidas y bajadas en los indicadores, son la tónica desde hace semanas.

La comunidad mantiene el coronavirus a raya, por debajo de los 3.000 infectados y de los 200 hospitalizados, y poco a poco aumenta la brecha con respecto a estas cifras. Los picos y valles de los gráficos que muestran la evolución de la pandemia se han convertido en una meseta.

Así, el Sergas informa este lunes de 2.805 casos activos (+16) y 176 ingresados (igual), con 37 en la UCI y 139 en planta. Solo un área sanitaria ha visto descender sus positivos, la de A Coruña, que notifica 605 (-21); Ferrol no comunica cambios y se queda en 87; y las cinco restantes suman afectados: Vigo, 843 (+15); Santiago, 435 (+11); Pontevedra, 433 (+7); Ourense, 233 (+10); y Lugo, 179 (+4).

Por otro lado, el Sergas ha detectado 116 nuevos contagios, nueve más que el día anterior. Los recientes diagnósticos superan a las altas médicas, 98, por lo que el total de casos activos asciende ligeramente hasta los 2.085 y rompe con seis días de tendencia a la baja.

En las últimas horas se han notificado cuatro fallecimientos por COVID-19, de forma que asciende a 2.409 el total de víctimas mortales. Las muertes ocurrieron entre el sábado y ayer lunes, son las de un hombre de 86 años y una mujer de 64 que estaban ingresados en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), un varón de 95 que era atendido en el Hospital de Ourense y una mujer de de 72 en el de Pontevedra.