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Miller y Troya ya están con su nueva familia en Escocia

Miller y Troya ya están con su nueva familia en Escocia después de un largo viaje de 40 horas. FDV

La historia de los pastores alemanes Miller y Troya, de diez años de edad, y de la viguesa Loly Gómez, muy familiarizada con acogidas y gestión de adopciones de mascotas, se remonta a 2016, año en el que ella les conoció. Los "yayos", como ella cariñosamente les llama, pasaron por varios hogares y en alguna ocasión sus vidas corrieron peligro, al estar a punto de ser sacrificados. Algo que su hada madrina evitó, al encontrarles un nuevo hogar en Escocia.

Mientras no pudo concretar las cuestiones burócraticas de sus adopciones, Loly tuvo que tirar durante varios meses de solidaridad para costear veterinarios, estancia en una residencia de perros y, por fin, el viaje al país británico, donde halló a una pareja dispuesta a sumar a estos dos nuevos miembros a su familia. Un matrimonio que vive en la localidad escocesa de Elgin, que ya tenía otro pastor alemán de dos años y medio, y dos gatos.

Gracias a la generosidad de la gente, logró recaudar en varias campañas de ayuda unos 2.500 euros -medio millar, puesto de su bolsillo- con los que mantener vivos a estos pastores alemanes, mientras no llegaban a su nuevo hogar, algo que por fin, se produjo este lunes 10 de mayo, "después de mes y medio de odisea", comenta Loly, ya aliviada.

  • Una ola de solidaridad conduce a Miller y Troya a su nuevo hogar en Escocia

    Apenas 24 horas después de que FARO publicara la historia de Miller y Troya, su hada madrina viguesa, Loly Gómez, ha conseguido el dinero necesario para que los perros, dos pastores alemanes de diez años, puedan ser trasladados a su hogar definitivo en Escocia.

Y es que ya estaba todo listo para que Miller y Troya viajasen a Escocia el pasado 29 de abril, pero tres días antes se estropeó el furgón que les iba a trasladar, así que hubo que retrasar el desplazamiento una semana. La nueva fecha de partida era el jueves de la semana pasada "pero el viaje se volvió a retrasar dos días por unos problemas en la aduana española", apunta la viguesa, hasta que por fin el sábado 8 de mayo emprendieron camino.

Miller y Troya, en sus habitáculos del furgón que les desplazó a su nuevo hogar en Escocia. FDV

El viaje de 20 perros a cinco destinos británicos

El traslado de Miller y Troya fue seguido en tiempo real desde su casa de Vigo por Loly. "Llevo dos horas dormidas después de un viaje de 40 horas. La ruta no fue nada fácil", apunta la viguesa que estuvo al tanto de la odisea de sus yayos a través de un chat de grupo compartido por los 20 adoptantes, los 20 rescatistas y los encargados del transporte. "Vas siguiendo toda la ruta y cuelgan fotos de las recogidas, cuando les dan de comer o cuando los sacan a hacer sus cosas", comenta.

Para que los animales descansaran del viaje se hicieron algunas paradas durante un trayecto que se prolongó 40 horas. FDV

Había que entregar a 20 perros en cinco puntos de Reino Unido, y Miller y Troya llegaron a su nueva ciudad de las tierras altas de Escocia a las nueve de la mañana de este lunes. "Los recibió la dueña y su hijo, ya que el marido entraba a trabajar a las 8. Me cuentan que esta tarde los han llevado a bañar y a recortarles el pelo, y después irán al veterinario. Ahora estoy a la espera de que me manden fotos y vídeos, ya instalados con su nueva familia", relata Loly, agradecida de todo el apoyo que ha recibido estos meses, sobre todo a Noelia, una asturiana que colaboró activamente en la búsqueda de la familia adoptante.

Miller y Troya, en su nuevo hogar, en la localidad escocesa de Elgin. FDV

"Me gustaría mandar el agradecimiento de mis yayos y mío a todas y cada una de las personas que han ayudado, bien difundiendo, donando o ayudando de una manera u otra. También hacer una mención especial a Noelia. Ella fué quien pidió ayuda a la asociación escocesa que encontró la adopción, ella habló con vosotros -en alusión a FARO- y ella me levantó una y mil veces cuando yo toqué fondo", apunta emocionada Loly, quien también quiere hacer extensivo su agradecimiento a la Residencia Canina CanGal y el centro XEA (Xestión Ética do Abandono) "por su profesionalidad y humanidad".

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