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Troncoso: “El sueño de Galdós era contribuir a una Commonwealth ibérica”

Xesús Alonso Montero y Dolores Troncoso (d.), ayer. | // RICARDO GROBAS

“Estoy en la alternativa de escribir desde fuera de España o no escribir”, explica Benito Pérez Galdós sobre los temas que aborda en los artículos que publica en el periódico porteño “La Prensa”, en el que trabajó de corresponsal entre los años 1883 y 1905. “Por tanto, hablo de lo que me dé la gana, viene a resultar”, concretó sobre esta cita Dolores Troncoso, catedrática jubilada de Literatura Española en la Universidad de Vigo (UVigo), en la ponencia “Galdós, corresponsal de la prensa en Buenos Aires” que ofreció ayer en el Club FARO, presentada por Xesús Alonso Montero, ensayista, sociolingüista y poeta, quien ensalzó la faceta de periodista del escritor canario.

En su última obra, editada por el Cabildo de Gran Canarias, Troncoso reúne los casi doscientos artículos, con el formato de cartas al director, que publicó el autor de los “Episodios Nacionales” en el diario porteño, en los que diseccionó la sociedad de su época. Se trata de la única edición de los textos íntegros y corregidos los errores tipográficos –la obra incluye las 250 correcciones más importantes– de todas las cartas encontradas y transcritas del periódico, con diccionario de nombres propios de la política, el arte, la cultura y la sociedad occidental desde la Grecia clásica hasta el siglo XIX, traídos a sus páginas por quien era un convencido de que el pasado ayuda a comprender el presente. Un trabajo con el que la experta gallega compensa la falta de rigor de las anteriores recopilaciones publicadas de estos artículos, en las que o bien estaban mutilados o publicados sin orden alguno.

Galicia y Vigo están presentes en algunas de estas cartas. “Cuando habla de los baños de ola, que era como se llamaban entonces a los baños de mar, cita varios pueblos del Cantábrico y termina recomendando los ‘encantadores pueblecitos de las Rías Bajas, donde la temperatura es un poco más alta, el mar menos proceloso y la vegetación casi meridional’”. dijo. También habla de los productos de Galicia, que califica de tierra fecunda.

Gran viajero, Galdós habla de sus viajes, en unos artículos que muestran la Europa del siglo XIX. La reciente unificación de Italia y la unificación de Alemania, las carencias sociales de la Inglaterra victoriana, los bandazos de la Rusia de los zares, la corrupción y luchas políticas de la también reciente república francesa, los primeros atentados anarquistas, las reivindicaciones obreras en toda Europa. De todo esto trata Galdós. “Se convierte en una especie de corresponsal de la Europa de la época”, afirmó Troncoso en su intervención en el MARCO de Vigo.

Entre los artículos de literatura de viajes, recomendó los dedicados a Portugal. “Constituyen una guía espléndida de viaje. Los sitios que visita y como explica lo que allí pasó. No solo explica el arte, sino también cuando esos lugares tenían vida, etcétera”, afirmó la ponente, que también destacó la habilidad del escritor canario de inventarse neologismos, que al mismo tiempo constituyen una seña de su sentido del humor. Cuando viaja a Sintra y sube al castillo de A Pena, subida que entonces se hacía en burro, llamó “burrisintro” a ese medio de transporte, al igual que denominó “crisófilos” a los periodistas que cubrían la información del Congreso (fue diputado durante los años 85 y 90) “amantes de las crisis” de Gobierno para tener qué escribir.

Galdós aprovecha la forma epistolar que tenía la sección de extranjero y elabora sus cartas al director confiriéndole los rasgos típicos de las cartas familiares. Se dirige continuamente a sus lectores, trata asuntos heterogéneos en una misma carta, transmite su estado de ánimo ante lo relatado, con compara con hechos históricos anteriores, da a conocer datos que él vivió y muestra su simpatía o antipatía por diversos personajes. “Es decir, establece una relación muy estrecha con el lector y esto le interesa por varios motivos. Uno es un tema que se repite en sus artículos, para el que el formato de cartas le viene muy bien, que es establecer lazos fraternales con Portugal y con las antiguas colonias de ambos al otro lado del Atlántico frente a la creciente voracidad colonial de los anglosajones. Su sueño era contribuir a una especie de Commonwealth ibérica que prioritaria las relaciones culturales y comerciales entre ambas metrópolis y sus excolonias”, explicó.

Un prolífico escritor, considerado el novelista más importante después de Cervantes

Benito Pérez Galdós nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1843, hijo de Sebastián Pérez, teniente coronel del Ejército y de Dolores Galdós. Desde niño fue aficionado a la música, al dibujo y a la literatura. Escritor prolífico, está considerado el mayor novelista español después de Cervantes. A los diecinueve años se traslada a Madrid, donde conocería a don Francisco Giner de los Ríos, fundador de la Institución Libre de Enseñanza, quien le alentó a escribir y le orientó hacia el krausismo. Escribió en “La Nación” y en “El Debate”. “La Fontana de Oro” (1870), “La sombra” (1871) y “El audaz” (1871) fueron sus primeras novelas, que revelan todavía una influencia del Romanticismo. Abre el camino al Naturalismo con “La desheredada” (1881). En 1873 aparecieron las dos primeras series de los “Episodios nacionales”, colección de cuarenta y seis novelas históricas redactadas entre 1872 y 1912 en las que trata la historia de España desde 1805 hasta 1880. Al final de la década de los ochenta y a comienzos de la siguiente publica “Miau “(1888), “La incógnita” (1889), “Torquemada en la hoguera” (1889), entre otras, en las que experimenta una nueva manera de novelar. Adaptó al teatro algunas de sus novelas, entre estas, “Realidad” en 1892, “La loca de la casa” en 1893, “Doña Perfecta” en 1896. Falleció en 1920 en Madrid.

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