El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Güímar, en Tenerife, ha incoado diligencias previas en relación con la desaparición de un hombre y dos hijas, de momento por la presunta comisión de un delito de secuestro. Guardia Civil, Salvamento Marítimo y un helicóptero del GES buscan al hombre y a sus hijas por tierra, mar y aire. La madre de las niñas, de 1 y 6 años, denunció ante la Guardia Civil que su expareja la llamó para decirle que no iba a verlas más, ni a él tampoco, según informaron fuentes de la investigación.El caso se ha catalogado como una desaparición de alto riesgo.

Las niñas, Olivia y Anna.   | // EL DÍA

Las niñas, Olivia y Anna. | // EL DÍA P. Fumero

Las cámaras del puerto de Tenerife grabaron al padre solo antes de zarpar, y la lancha y el automóvil del hombre han sido encontrados sin nadie en su interior. Desde la Guardia Civil ni confirman ni desmienten que en las inmediaciones de la lancha había un portabebé flotando.

El martes el hombre, Tomás Antonio Gimeno Casañas, tenía permiso para estar con ellas hasta las 21.00 horas. Pero no las trasladó en el tiempo fijado hasta la vivienda de la madre. Al ver que no le llevó a las niñas a la hora convenida, la madre se fue directa hasta la vivienda de Tomás. El hombre desaparecido vivía solo en dicho domicilio desde hace varios meses. Su exmujer no lo halló a Tomás ni a sus hijas en la casa. Detectó que en el hogar faltaba ropa del varón. Telefoneó varias veces al padre de las niñas, pero no obtuvo respuesta. A las 22.00 horas fue Tomás quien la llamó a ella para decirle que no volvería a ver más a sus hijas ni a él.

Ante ese terrible mensaje, la mujer acude al puesto de la Guardia Civil de Candelaria, donde informa de lo que ocurre. Tomás apaga su terminal o se queda sin batería. Según las fuentes consultadas, a las 2.00 horas, él vuelve a llamarla para repetirle que ya no volverá a ver más a Olivia y a Anna; y tampoco a él.

Durante la madrugada, después de salir por última vez de Marina Tenerife, envió los mensajes de whatsapp de despedida a sus padres y a algunos amigos. Cuando por la mañana vieron las palabras de su hijo, su padre acudió a la Guardia Civil para intentar solicitar ayuda. Poco después, agentes del Instituto Armado, tanto de uniforme como de paisano, acudieron hasta el domicilio de Tomás Gimeno, donde efectuaron un registro y hablaron con los vecinos del lugar. Algunos residentes le definen como una persona correcta, que saludaba e intercambiaba algunas frases al pasear los animales, pero que no llegó a conversar de forma extensa con ellos.

Debido a las circunstancias que rodean el asunto, los guardias civiles acudieron hasta el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Güímar, que se encuentra estos días de Guardia, para informar de la situación. Dicho órgano judicial abrió diligencias previas en relación a la desaparición de Tomás Antonio Gimeno, Olivia y Anna, en principio por un delito de secuestro. Según la información ofrecida por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC), el juzgado decretó el secreto sobre las actuaciones.

A Tomás Gimeno Casañas no le constan antecedentes penales en estos momentos. No obstante, sí estaba en tratamiento médico, según las fuentes consultadas. A sus 37 años, figuraba como administrador único de una empresa de agricultura en el municipio de Arona, donde solía frecuentar algunos locales de ocio nocturno.