El contagio del coronavirus SARS-CoV-2 por aerosoles (gotículas microscópicas de hasta 100 micras que flotan en el aire como el humo) provoca una enfermedad más grave que cuando la transmisión es por gotas (las que caen al suelo a un metro o dos) o por contacto con superficies u objetos. Esta es la conclusión que apunta una investigación experimental realizada por científicos del Instituto de Enfermedades Infecciosas del Ejército de Estados Unidos, con base en Maryland.
Experimentos con dos especies de monos (macacus rhesus y macacos cynomolgus) divididos en cuatro grupos demostraron que la infección por virus en aerosoles, que penetran profundamente hasta los pulmones, resultó en una enfermedad más grave que el contagio con una cantidad de partículas víricas 100 veces mayor en gotículas más grandes que se depositan en la nariz y en la garganta (infección intranasal y traqueal).
Aunque en todos los grupos los monos mostraron muy pocos signos clínicos externos, los macacos cynomolgus expuestos a la transmisión por aerosoles desarrollaron las respuestas febriles más consistentes y padecieron la enfermedad respiratoria y la patología más graves. Esto “puede proporcionar objetivos clínicos adicionales para la evaluación de terapias y vacunas”, señalan los 30 investigadores coautores de la investigación, encabezados por la viróloga Sandra L. Bixler.
Este estudio, alojado en el servidor bioRxiv como preimpresión (no ha sido revisado por pares ni publicado en una revista científica), establece para el COVID-19 lo que ya se sabía para otras enfermedades, como la gripe, en la que la cantidad de virus que entra en contacto con las fosas nasales tiene que ser 100.000 veces mayor para causar los mismos síntomas que la infección por aerosoles. Esta diferencia también se verificó para la viruela, y en terminología médica se llama infección anisotrópica o desigual.
“Añade una razón a las diez del artículo de ‘The Lancet’ que establece que los aerosoles son dominantes”
El científico español José Luis Jiménez, catedrático de Química de la Universidad de Colorado (EE UU) y uno de los mayores expertos mundiales en aerosoles, resaltó ayer la importancia de este estudio, y afirmó que “añade una undécima razón a las diez que aporta el artículo de ‘The Lancet’ que establece que los aerosoles son dominantes” sobre las gotas como vía de contagio.
Un estudio encargado por el Ministerio de Ciencia e Innovación a un grupo de investigadores de reconocido prestigio, como los virólogos Margarita del Val y Antonio Alcamí, el epidemiólogo Miguel Hernán y el propio José Luis Jiménez, y publicado en noviembre pasado, ya apuntaba que los aerosoles, por su menor tamaño, producen una mayor infectividad porque penetran más profundamente en los pulmones y, además, podrían causar una mayor gravedad en el COVID-19.