–El CIS indica que en España, en este primer año de pandemia, un 6,4% de la población ha acudido a un profesional de la salud mental, ¿cuáles son las principales causas?

–El Consejo General de Psicología de España nos dice que el 76% de esas consultas se han debido a dificultades para manejar la ansiedad y/o a una sintomatología depresiva. El confinamiento en sí y las consecuencias directas o indirectas de la pandemia ha repercutido en la estabilidad familiar, la mayor parte de los hogares han sufrido cambios inesperados que inciden en el funcionamiento familiar habitual. El estrés, los problemas de pareja y los conflictos interpersonales se han vuelto más comunes en nuestras vidas. La sobrecarga emocional, junto con la física, lleva a sintomatología tanto ansiosa como depresiva. También hemos tenido casos de duelos muy complicados.

–¿Por qué a día de hoy se mantiene ese tabú o ese el miedo a decir que uno necesita asistencia médica en el plano de la salud mental?

–No es sólo en el plano de la salud mental por desgracia, socialmente no está bien aceptado decir que se tienen problemas, aun cuando todos los tenemos; es más, si nos fijamos en las redes sociales siempre se quiere dar la mejor versión de uno mismo. Esto nos da bastante que pensar como sociedad y como individuo.

–¿En qué puede ayudar normalizar esta situación y hacerla cada vez más visible?

–Creo que después de estos meses en los que muchos hemos estado expuestos a situaciones límite nos hemos dado cuenta de que estar bien con los nuestros es lo más importante y para eso necesitamos estar bien con nosotros mismos. Por lo tanto, cuando las cosas van mal y te sientes un poco enfermo, demasiado nervioso, demasiado triste o preocupado es bueno acudir a algún profesional para que nos ayude a que ese demasiado se vaya cuanto antes y para que si en algún momento lo volvemos a sentir sepamos cómo podemos reaccionar.

–¿Le sorprendió esta respuesta masiva de la gente en las redes tras lo sucedido con Errejón en el Congreso?

–No. Creo que todos somos ya conscientes, pese a la falacia en ocasiones de la sociedad o de las redes sociales, de la necesidad de estar bien con uno mismo y que hay momentos en los que realmente necesitamos a un profesional que nos ayude a abrir las puertas de nuestra propia realidad.

–¿Comparte la afirmación de que después de la pandemia de coronavirus vendrá la de la salud mental?

–Totalmente. Lo que más preocupa es la falta de medios de las familias y que no sepan pedir ayuda. Necesitamos una mayor formación para la población, saber técnicas específicas sencillas que, a mi modo de ver, deberían saberse igual de bien que los ríos en España. Se necesitan muchos más recursos en la Seguridad Social a nivel de psicología, cada vez son más las enfermedades psicosomáticas que al no ser debidamente tratadas se mantienen en el tiempo provocando mayor gasto al propio sistema.