El estado de alarma de España, en vigor desde el paso 25 de octubre, acabará a las 00.00 horas del próximo 9 de mayo. Quedan apenas dos semanas. ¿Qué pasará después? Que el país entrará en una progresiva desescalada de las restricciones. Pero con matices. “No volveremos a una normalidad total este año”, avanza el epidemiólogo Idelfonso Hernández, miembro de la Sociedad Española de Salud Pública (Sespas). La desescalada, anticipa Hernández, será “heterogénea” entre las diferentes comunidades autónomas porque la situación epidemiológica del país también lo es.

A partir del 9 de mayo veremos un fenómeno similar al del año pasado tras el confinamiento domiciliario de dos meses. El 4 de mayo de 2020 arrancó la que entonces conocimos como fase cero de la desescalada del confinamiento, que también entonces fue diferente entre las autonomías. “La transición del estado de alarma a la normalidad será diferente entre las autonomías. Si algunas quieren mantener restricciones que afecten a los derechos fundamentales (como, por ejemplo, el toque de queda), tendrán que recurrir a la ley de salud pública. Y, si en alguna hubiera una situación grave, se pediría aprobar el estado de alarma circunscrito a un territorio”, explica Hernández.

La desescalada, dice, estará basada en dos vectores. “Uno, las recomendaciones individuales: por ejemplo, las medidas especiales para las personas vacunadas cuando el porcentaje de inmunizados sea elevado (el Centro Europeo de Control de Enfermedades ha dado luz verde a que los vacunados vayan sin mascarilla). Dos, las medidas generales o restricciones, que, como digo, serán heterogéneas porque la situación epidemiológica lo es”, añade.

El País Vasco, Navarra o Madrid son en estos momentos tres de las autonomías más afectadas por el COVID-19, mientras que Galicia, la Comunitat Valenciana o las Islas Baleares, las que menos. “En todo caso, habrá que comunicar bien para que la gente no piense que ha acabado la cosa”, dice Hernández.

Independientemente del fin del estado de alarma, Daniel López-Codina, investigador del Grupo de Biología Computacional y Sistemas Complejos (Biocomsc) de la UPC, pide comenzar a desescalar cuando la incidencia acumulada en 14 días esté “por debajo de 100”. El 4 de mayo del 2020, la incidencia acumulada de los últimos 14 días era de 50,99 casos por 100.000 habitantes. El viernes, la incidencia acumulada en España era de 235,51 casos por 100.000 habitantes. “Portugal o Reino Unido hicieron la desescalada con una incidencia mucho más baja. Convendría bajar más antes de desescalar”, señala López-Codina.

Aunque la situación epidemiológica es “estable”, el número de contagios al día sigue siendo muy alto. “Cada día que pasa la vacunación nos ayuda a que sea más fácil. Y las altas temperaturas también nos ayudarán”, valora este investigador del Biocomsc, quien ve “bien” que se vaya desescalando, pero pide ir “poco a poco”.

Hernández cree que las actividades en abierto son aquellas que primero se retomarán con en el fin del estado de alarma, que además coincidirá con temperaturas más cálidas. “Veremos pronto actividades culturales en espacios abiertos. Sin embargo, los espacios interiores tardarán más en abrir; se ampliarán los aforos en ellos, pero más lentamente. Tardarán más en volver al 100%”, avanza el epidemiólogo.

El Jefe de Enfermedades Infecciosas del Hospital Vall d’Hebron, Benito Almirante, cree que el sector educativo es uno de los que tiene “más posibilidad” de retomar su actividad de siempre con el final del estado de alarma, debido al “bajo riesgo de contagios”. También los sectores “comercial y cultural”, que irán alcanzando un nivel de ocupación total “a mediados o finales de junio”.

En todo caso, “a partir de mayo, debería esperarse una desescalada progresiva”, defiende Almirante, quien cree que, si en estos momentos se permite la libre circulación dentro de las comunidades (aunque todas, excepto Madrid y las islas Baleares y Canarias, estén cerradas perimetralmente), “no tiene sentido no permitirla entre ellas”. “Con el fin del estado de alarma, no habrá limitación de movilidad dentro de España”, dice Almirante.

El infectólogo valora que los bares y restaurantes son siempre el “punto más difícil”. Opina que, al aire libre (esto es, en terrazas), deberían poder abrir “al 100%”. “En los interiores podrán ir aumentando aforos progresivamente, pero todos deberán tener buenos sistemas de ventilación”, dice Almirante. “

Además, en la desescalada de este año contaremos con algo con lo que no contábamos hace un año: las vacunas. Los expertos confían en que cambiarán la situación a corto-medio plazo. Se producirán bajadas epidemiológicas en colectivos en los que no volverá a haber más subidas.

Hernández destaca que España está “incrementando” su ritmo de vacunación, poniendo 500.000 dosis a la semana. “Pero esto no se habrá acabado –advierte el epidemiólogo–. Se acabarán muchas restricciones, pero seguiremos en pandemia y tendremos que vigilar las nuevas variantes y los brotes, y averiguar el tiempo de duración de las vacunas”.