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Coronavirus en Galicia

Los medidores de CO2 ¿las nuevas mascarillas?

Un medidor de CO2. //CSIF

Con muchas dudas y pocas reservas. Así resumían los hosteleros el primer fin de semana de vuelta a las cenas en los restaurantes después de los cambios en las restricciones por COVID-19 en Galicia. Los restaurantes pueden desde el pasado viernes abrir hasta las 23.00 horas tras más de cinco meses sin hacerlo, pero con aforos –50% en el interior y 75% en la terraza– y nuevas condiciones: tener licencia de actividad como tal, funcionar con cita previa y conservar un registro de clientes. Además, a partir del 23 de abril deberán garantizar la calidad del aire con medidores de CO2. Estos dispositivos indican las partículas por millón de CO2 que hay en un espacio. Al aire libre suelen ser unas 420 pero a medida que aumentan también lo hace la concentración de aerosoles. Pero ¿cómo conseguirán los hosteleros estos dispositivos? ¿puede volver a producirse un fenómeno como el ocurrido al inicio de la pandemia con las mascarillas?

Distintas iniciativas se han puesto ya en marcha. El Ayuntamiento de Mos, por ejemplo, ha hecho un pedido a la empresa local Rodavigo de estos medidores de CO2 para todos los establecimientos de restauración del municipio, y ayudarlos así a que se ajusten al Plan de Hostelería Segura de Galicia, que exige garantizar la calidad del aire en el local, informó la alcaldesa, Nidia Arévalo.

Un producto poco común en tiendas

El director general de Rodavigo, Nazario Correa, destaca que encontrar un medidor de CO2 no es algo tan sencillo, no está en cualquier tienda de electrodomésticos, aunque es seguro que se va a popularizar de forma inmediata.

Con el deber de implantar medidores para controlar la calidad del aire en los establecimientos, y ante las dificultades de encontrar estos dispositivos en cadenas de electrodomésticos locales, los propietarios suelen comprarlos por internet.

Los distribuidores de estos aparatos temen precisamente que el caso de los medidores sea similar al de las mascarillas, por ejemplo, con una demanda súbita y desproporcionada, que provoque un desabastecimiento en poco tiempo. En cualquier caso, como subrayan, el medidor es una inversión que se hace una sola vez y no requiere ningún tipo de mantenimiento.

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