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Andrés Suárez: “Volvería a tocar mañana en la calle si no lleno el WiZink Center”

“No tienes ni idea de qué va este trabajo si no cantaste nunca para los camareros en un bar sin nadie”, defiende el cantautor gallego en la presentación de “A través de los ojos”

Andrés Suárez canta en tres minutos las 160 páginas de su último libro, "A través de los ojos".

Andrés Suárez canta en tres minutos las 160 páginas de su último libro, "A través de los ojos". Mar Mato

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Andrés Suárez canta en tres minutos las 160 páginas de su último libro, "A través de los ojos". Mar Mato

“Volvería a tocar en la calle si mañana no puedo llenar el WiZink Center. Tengo el ego en su sitio”. Andrés Suárez, con esta franqueza y entrega, se metió ayer en el corazón de su bolsillo al público del Club FARO que llenó el aforo para oírle hablar de su nuevo libro, “A través de los ojos”, una obra que surgió en la pandemia sobre historias de hoy y del ayer de seres desconocidos, familiares y de una persona que conoce muy bien o a eso aspira: él mismo.

Las personas asistentes, además, recibieron un regalo, la interpretación de una canción a cargo de Suárez armado únicamente con su guitarra. Se trató del tema que da título al libro y q ue comienza con el verso ¿Qué me depara la vida?. “Es la banda sonora de la obra, resume en tres minutos 150 páginas”, dijo para presentarla y ofrecer una interpretación de esas que retuercen por dentro.

Presentado por el periodista Rafa Valero, con el que mantuvo un coloquio seguido en primera fila por Carlos Núñez, Andrés Suárez ofreció una reflexión que no dejó indiferente: “En mi trabajo, te pueden aplaudir cada cuatro minutos. Eso para el ego es una mierda porque te acostumbras. Te crees alguien importante porque te aplauden y te dicen ‘te quiero’. Yo te invito a cantar en el metro; no te ve ni Dios. Para que te den una moneda tienes que cantar ‘Lucha de gigantes’ muy bien afinado o ‘Agárrate fuerte a mí María’”.

El cantautor, no obstante, alejó la mirada caritativa o lastimera de estos recuerdos que algunos aún se han empeñado en cavar para levantar el morbo. Para Suárez, cantar en el metro o en la calle “es un ejercicio maravilloso. No tienes ni idea de qué va este trabajo si no cantaste nunca para los camareros en un bar sin que entrase nadie”.

Aclaró que no comparte estas experiencias desde “el morbo, la oscuridad o el peligro. En absoluto. Tuve el apoyo siempre de mis padres y de mis amigos que me ofrecían un sofá donde dormir”. Recalcó que es “mentira” que haya malvivido en la calle durante tres años. “Jugar con eso es ser una muy mala persona porque sí hay gente que pasa hambre tocando en la calle. Yo fui subsistiendo con la ayuda de mis padres”.

Suárez también tuvo palabras para describir la dura vida del artista. El cantautor, que el pasado enero llenó el Price en Madrid, recordó cómo le abrazaba el equipo por los pasillos, cómo el público le aplaudía y le gritaba que le quería. Sin embargo, el lado en sombra del éxito también existe y es el momento en el que se baja uno de los escenarios para regresar a su hogar.

“A las once y cinco de la noche me subí a un coche para que me llevara a casa un desconocido. En mi casa, se escuchaba el silencio. Nadie me aplaudió, nadie me dijo te quiero. Digo esto pero no hay nadie más afortunado que yo pero pasar del cantante del WiZink al chaval de Pantín (playa en la que jugaba de niño con las olas) es jodido... Algo malo tenía que tener este oficio”, dijo con una sinceridad que partió el aura de la sala.

Suárez –que hoy presenta el libro en la Cronopios de Pontevedra y el 17 en la FNAC de A Coruña; con el descanso el 16 para celebrar su cumpleaños– no quiso cerrar el coloquio sin mostrarse agradecido a Vigo y Galicia, y sobre todo a su público. “El primer concierto tras el confinamiento –que reconoció que fue muy duro porque lo vivió solo– fue el TerraCeo en el Mar de Vigo. Esta es una ciudad a la que quiero. Todo concierto que doy en Galicia agota entradas”, recordó para a continuación comentar una anécdota del directo del pasado verano cuando una gaviota planeó a pocos milímetros de su cabeza entrando incluso en micro y dándole un susto.

Mientras el directo llegue, nos queda su literatura en “A través de los ojos”. En el libro, aclara: “No son “cartas desde la pandemia o un diario del peor año vivido por todos, pero nos asoló un tsunami y alguna referencia habela haila. No entraba en mis planes, y mira que hay contertulios televisivos que sabían el cómo, el porqué, el cuándo y la solución. Yo, ni idea”.

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Así fue la visita del músico y compositor gallego Andrés Suárez al Club Faro Marta G. Brea

UN NUEVO LIBRO DE UN CANTAUTOR CON OCHO DISCOS CONVERTIDOS EN ÉXITO A SUS ESPALDAS


Andrés Suárez nació en 1983 en Ferrol (A Coruña). Fue en su ciudad natal donde empezó a cantar ofreciendo su voz en el metro, la calle y bares como el míticoCafé Libertad 8, en Chueca, Madrid . Poco a poco, su vida fue in crescendo. Su primer álbum fue “De ida” y amaneció en 2002. Desde entonces, ha sacado ocho discos.

El último, el pasado año, justo después del confinamiento. Sus fans aún saborean su concierto de Vigo el pasado junio donde agotó las entradas en el Mar de Vigo a donde regresa el 15 del próximo mes. Sin embargo, la actuación junto a la poeta Elvira Sastre en el show “Desordenados” fue un antes y un después con el WiZink Center de Madrid a rebosar. La poesía leída y la música de autor se entrelazaron.

Quizás aquella fue la chispa de “A través de los ojos”, su nuevo libro. Narra en el comienzo del mismo que “dentro de cien libros aprenderé a escribir algo decente. Mientras, cada vez se me muere más gente y ya no sé si es que me hago mayor o es que hice algo mal”. También en el arranque de la obra, confiesa que empezó a escribirla a comienzos de 2020 y que se la publica lo hace como “lacónico homenaje a la vida”. Lo escribe una persona que en la última entrevista con FARO admitió que aunque le gustaban los temas de amor realmente le “interesaban los desgarradores”.

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