Una lista de espera de más de un año para que padres, madres, abuelos o familiares directos visiten al niño o a la niña, en encuentros tutelados o como punto de entrega y recogida del menor, tras desencuentros familiares que acaban en los tribunales.

Y es que más de un año es el tiempo de espera que hay en el Punto de Encuentro Familiar (PEF) de Paterna, que afecta a Álvaro Mulas (número 41 en la lista), pero también al resto de familias que, como él, conforman ese listado en un local que abre la jornada completa un día a la semana (los jueves), que está operativo solo tres tardes (martes, miércoles y viernes) y que permanece cerrado los fines de semana. Y las quejas sobre la falta de atención del servicio se acumulan. Esta es una de ellas y no hay rastro alguno de maltrato o violencia machista en esta historia.

Cuando Álvaro y su exmujer se divorciaron en 2017, el juez estableció una custodia compartida así que el padre y la madre pasaban semanas completas alternas con el menor. Llegó la pandemia y al padre, Álvaro Mulas, le desbordó la situación. Le diagnosticaron depresión y habló con su exmujer porque "no estaba en situación de cuidar a mi hijo". En agosto de 2020 viajó a Madrid para internar en una clínica y tratar la enfermedad. Dos meses después recibió el alta, regresó a València y le manifestó a la madre del pequeño su intención de ver al crío. Pero la madre se negó. "La depresión está muy estigmatizada, pero es una enfermedad y tiene tratamiento. Hay vida más allá de la depresión y yo estoy en ese camino. Estoy trabajando y he recuperado mi vida. No quiero perder a mi hijo por haber estado enfermo, por tratar sin tapujos de un problema de salud mental que es temporal y por el que pedí ayuda", afirma el hombre, empleado de banca.

Ante la negativa de la madre a visitar al hijo, Álvaro acudió a los tribunales en otoño de 2020 y el juez dictó sentencia en enero de 2021, estableciendo un régimen de visitas en varias fases, que se irán superando mediante haya informes favorables que determinen los especialistas y que así lo indiquen. Así, el auto judicial señala que en un primer periodo "se realizarán visitas tuteladas en el PEF", luego se pasará a "recoger al menor en el PEF los sábados y domingos, pero sin pernocta" y en una tercera fase el crío estará con su padre los fines de semanas alternos "de viernes por la tarde hasta la mañana del lunes". El juez recalca que el PEF debe remitir al juzgado informes periódicos de la evolución de estas visitas y de su afección en el menor. Una vez cumplidas las tres fases "volverá a aplicarse el régimen de custodia fijado en la sentencia de divorcio".

Sin embargo, para acabar las visitas primero hay que comenzarlas, y eso no pasará hasta bien entrado el 2021. "Me parece una pesadilla no poder ver a mi hijo porque él crece y quiero acompañarle, quiero compartir tiempo con él, quiero que no me olvide. Tiene 7 años y crece con rapidez. Yo llamo a la madre todos los días. A veces me pasa con él y a veces no me coge el teléfono. El chiquillo se pone contento cuando hablamos y le digo que estoy de viaje y que por eso no nos podemos ver, y le recalco que le quiero. Es un crío y otras veces, si está jugando o viendo los dibujos... pues está más parco en palabras o dice que llame en otro momento. Cosas normales de niños, que yo por supuesto ni tengo en cuenta porque sé que mi hijo me quiere y que hemos vivido mucho tiempo juntos y éramos un equipo. Mis padres (sus abuelos) viven en Madrid pero también lo echan de menos. Esta situación se ha complicado demasiado y veo muy injusta una lista de espera de más de un año solo para empezar las visitas acordadas por un juez", explica el padre.

Cuando a Álvaro le dijeron que su número en la lista era el 41 le propuso a su exmujer ver a su hijo en presencia de un matrimonio amigo o llevar a cabo las visitas en un PEF privado. Pero tampoco. Así que Álvaro acudió de nuevo a los tribunales porque, además, el chiquillo tiene síndrome de Asperger y "quiero estar cerca de él". El juez, sin embargo, le remite al auto de enero donde pauta las visitas ya que la gestión de los PEF corresponde a la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas.