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Francia se atrinchera en la tercera ola

Transferencia de pacientes en Vannes, Francia

Una de las actividades preferidas de los parisinos, especialmente los jóvenes, es sentarse a las orillas del Sena para charlar, disfrutar de una bebida o un aperitivo. Ni la pandemia actual de COVID-19, con los nuevos casos positivos disparados, ha impedido que ayer mismo esa estampa se reprodujese.

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Centenares de personas disfrutaron del sol sin mascarilla y sin distancia como si la amenaza del SARS-CoV-2 no planesase en aerosoles. La relajación de una enorme parte de la población ha disparado la cifra de nuevos casos así como el cierre de centros escolares por falta de profesorado en los últimos días lo que llevó al presidente de la República, Emmanuel Macron, a anunciar a última hora de la tarde de ayer medidas más restrictivas para intentar contener el avance de la tercera ola gala. Entre ellas, destacó el cierre de los centros escolares durante tres semanas a partir del sábado.

Así se queda Francia

  1. Toque de queda a las 22:00
  2. Clausura de la hostelería y comercios
  3. Cierre de los colegios

Durante este periodo, los escolares disfrutarán de una semana de vacaciones para regresar a las aulas el 26 de abril en el caso de los alumnos de Infantil y Primaria, mientras que los de Secundaria y universitarios lo harán el 3 de mayo, aunque estos últimos podrán seguir acudiendo a sus clases desde el lunes con un cambio: solo podrán asistir un día por semana.

Para todas las regiones, el mandatario anunció toque de queda a partir de las siete de la tarde, teletrabajo sistemático, comercios cerrados salvo algunas excepciones, la recomendación de aislarse en casa y de no mantener relaciones sociales más la prohibición de moverse entre regiones o de desplazarse más allá de diez kilómetros del domicilio en todos los departamentos del país. Con ello, se supone que se acabarán las vacaciones exprés de decenas de jóvenes en Madrid los fines de semana para brindar.

Con estas medidas, que Le Figaro calificó de “reconfinamiento”, Macron busca eludir un confinamiento estricto que algunos temían y que al mediodía de ayer un portavoz gubernamental descartaba por “las consecuencias sobre la moral de nuestros compatriotas”.

Para ofrecer un luz, el presidente de la república francesa auguró una reapertura gradual a partir de mediados de mayo para la actividad cultural y hostelería, bajo determinadas condiciones.

La renuncia a un confinamiento con cierre total o medidas más restrictivas por parte de Macron fue criticada por diversos expertos y tertulianos en medios galos.

Transferencia de pacientes a Vannes

Desde la población, esperaban medidas contundentes. El Gobierno informaba ayer de 381 nuevas muertes por COVID con lo que el cómputo total se sitúa en 95.337, con las UCI al bordo del colapso: 5.072 pacientes en un país con unas 7.000 camas en reanimación que Macron espera ampliar hasta 10.000 ya.

La viguesa María Brañas, profesora de español en un instituto de secundaria a las afueras de París, se quejaba ayer de que los medios de transporte público como el metro viajaban continuamente abarrotados sin que el gobierno reforzase el servicio con más vagones.

Metro parisino abarrotado en la parada de Châtillon el martes a las 16.00 horas con gente con la mascarilla mal colocada. M.B.

El martes mismo, el metro en el que se desplazaba Brañas hacia su piso en el centro estaba tan lleno que decidió bajarse varias paradas antes y tomar una foto para mostrar a familiares y amigos la situación desbordante de la capital gala. En la imagen, se puede ver a gente apretujada e incluso con la mascarilla bajo la nariz.

Sin vacunas para profesores y con mascarilla mal puesta en metro y clase

“El personal médico está agotado. Las UCI están cargadas pero la cifra de pacientes sigue subiendo. Con el confinamiento ligero que estamos teniendo la gente sale igual. No se respeta el uso de mascarilla, la distancia... Hasta el martes teníamos tres clases cerradas en nuestro instituto”, explica por teléfono esta profesora fatigada de las condiciones laborales en este momento de pandemia.

“Estamos con 26 o 27 alumnos en clases donde no se respeta la distancia de seguridad. El hecho de usar la mascarilla no siempre se entiende con un gesto barrera necesario entre los alumnos. Esto depende mucho del centro de enseñanza en el que trabajes. Cerrar es complicado porque además de la labor educativa y pedagógica, el profesorado juega un papel social muy importante. Hay chicos para los que la comida que toman en la cantina del instituto es la única que hacen al día. En sus casas, tienen situaciones muy complejas por ser muchos hermanos, con solo un ordenador para todos. No se puede ofrecer clase a distancia”, lamentaa esta docente.

Brañas arremete contra el gobierno por no haber querido vacunar al profesorado contra el COVID. “El tratamiento que se le da al profesorado y personal sanitario es sintomático de la salud de la democracia de este país”, se queja. “Llevamos desde septiembre con el mismo protocolo. No se ha cambiado y la situación se está agravando. Pedimos grupos reducidos pero, nada. Y, por encima ni siquiera se nos da prioridad en la vacunación. Deberían darnos la oportunidad a los que queramos, si bien hay mucha gente entre el profesorado reacia a la vacuna”, enfatiza.

Brañas agrega que “en muchos centros tuvieron que cerrar porque ya no tienen profesorado para reemplazar. En París, cinco institutos cerrados el martes. Si no se toman medidas serias, acabará cerrando por sí solo”.

"La gente ya no tiene el miedo al virus que tenía en el primer confinamiento."

Senén Fente - Empresario de Lalín

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Senén Fente, ante su empesa. FdV

También desde París, el empresario de Lalín Senén Fente –que lleva viviendo en Francia desde 1965– recalca que en la capital llevan bajo un “confinamiento que no es tal. Aquí, la gente sale igual, los medios de transporte van llenos...”.

La empresa de Fente, La vendimia de España, trabaja principalmente con restaurantes y cafeterías que llevan seis meses cerrados. Sin embargo, han salvado parte de su actividad porque en su tienda y almacén también venden a particulares.

Gente disfrutando del sol, en el Sena, ayer

“Pensábamos que abriría la restauración a principios de mayo pero ahora lo retrasan. Estamos muy intranquilos. La gente ya no tiene el miedo al virus que tenía en el primer confinamiento. Yo vi que en España la gente respeta más que aquí. La gente aquí hace poco caso a no salir. Pienso que sería mejor hacer un confinamiento puro de un mes como el primero cerrando transporte. Abrir y cerrar continuamente no tiene lógica”, concluye este empresario dezano afincado en la capital gala.

 Diferencias entre Francia y España en la situación actual

¿Es equiparable la situación de la República francesa a España? Hay que tener cuidado con los datos absolutos. En primer lugar, hay que recordar que Francia cuenta con 67 millones de habitantes. España supera los 47 millones. Hasta ayer, el estado galo había registrado 95.337 fallecimientos por COVID desde el inicio de la pandemia. Si España siguiese el paso francés -y estableciendo una regla de tres- el Estado español debería contabilizar ahora mismo 66.878 muertes. Ayer, la cifra comunicada por el Gobierno era mucho mayor; ascendía a 75.459.

Sin embargo, la cifra de fallecimientos habidos en la última jornada se disparan más en Francia que en España. En el país galo anotaron 381 decesos; si España siguiese esa senda, tendría que registrar unos 267 atendiendo a su población. Sin embargo, se contabilizaron 154, según los datos oficiales. No obstante, la pandemia nos ha demostrado que las cifras no son inmutables y que cuando los vecinos comienzan a mover sus peones en el tablero es preciso tomar medidas para esquivar incluso un jaque. 

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