Un centenar de científicos pidieron ayer, en una carta abierta enviada a las presidencias del Gobierno y de las comunidades autónomas y a otros cargos públicos, una “acción coordinada y urgente frente a la pandemia”. El texto incluye una serie de propuestas concretas para reducir el riesgo de contagio por aire (aerosoles), y está firmada, entre otros, por investigadores de prestigio internacional, como los virólogos Margarita del Val, Adolfo García Sastre y Antonio Alcamí, el inmunólogo Alfredo Corell y el catedrático de Química José Luis Jiménez, uno de los 239 firmantes de la carta que en julio pasado advertía a la OMS sobre la importancia de la transmisión aérea del SARS-CoV-2.

Profesionales gallegos, como la neurocientífica Sonia Villapol, el urgenciólogo Tato Vázquez Lima –miembro del comité clínico que asesora a la Xunta– y el doctor formado en Harvard Tomás Camacho se encuentran entre los firmantes de esta carta, publicada en “El País”.

La plataforma Aireamos.org, promotora de la inciativa, y estos más de cien científicos consideran muy importante explicar claramente el mecanismo de contagio: los infectados exhalan aerosoles que contienen el virus y que se comportan como un humo invisible. En interiores, el riesgo de contagio es unas 20 veces mayor que al aire libre.

Sin embargo, ni la OMS, ni el Gobierno ni las comunidades han realizado la divulgación suficiente. Lo demuestran casos como el de O Saviñao, localidad lucense donde estos días se declaró un brote en un colegio con 6 niños contagiados, y lo primero que se ordenó fue desinfectar las calles. Es un claro ejemplo de lo que José Luis Jiménez llama “teatro de la higiene”. “Pedimos ahorrar recursos en algunas medidas, como la limpieza de superficies, y conceder prioridad máxima a la reducción del riesgo de contagio por inhalación del virus”, recalcó ayer Jiménez.

Desde su cuenta de Twitter, la neurocientífica gallega en Houston Sonia Villapol señaló que “es importante y urgente tomar medidas de protección frente a la transmisión de la COVID por aerosoles”.

“En la carta resaltamos que la comunidad científica internacional esta convergiendo en la gran importancia de la transmisión por el aire de COVID-19”, explica Jiménez, uno de los científicos que demostró esta forma de contagio en el caso de un ensayo de un coro en EE UU.

Los investigadores sugieren 8 acciones urgentes que los gobiernos pueden implementar para limitar el contagio de COVID-19 por aire:

1-Mascarillas de calidad bien ajustadas.

Entre las ocho medidas que proponen destaca el uso de mascarillas, poniendo gran énfasis en su ajuste sin huecos, y la retirada de aquellos modelos que no hayan sido certificados en España o en la Unión Europea.

2-Actividades al aire libre.

Se insiste en realizar todas las actividades posibles al aire libre para reducir el riesgo de contagio. Por eso, se propone mantener abiertos parques y jardines, como alternativa mucho más segura que los recintos cerrados. Se hace hincapié en que las terrazas con cerramientos son equivalentes a espacios interiores con dificultad para asegurar una adecuada renovación del aire.

3-Ventilación con aire exterior.

El documento de los científicos insiste en la importancia fundamental de la ventilación con aire exterior para reducir la transmisión del SARS-CoV-2 en interiores. El documento establece que es crucial establecer pautas de ventilación eficiente: debe realizarse de forma continua y, sobre todo si se utiliza ventilación natural, debe ser cruzada y distribuida.

4-Medición de CO2.

Como mostró FARO en un amplio reportaje publicado el pasado domingo, para asegurar un bajo nivel de riesgo es necesario utilizar medidores de CO2, como la mejor solución tecnológica de bajo coste disponible para verificar en cada momento una ventilación suficiente. Se trata de aparatos que se pueden adquirir por menos de 100 euros y permiten optimizar la ventilación, evitando corrientes de aire excesivas o consumos de climatización innecesarios. Por ello, los científicos consideran necesaria su implantación urgente y generalizada, con medidores fiables, tipo NDIR.

5-Limpieza de aire.

Se pide a las administraciones que asuman urgentemente una responsabilidad activa en materia de tecnologías de limpieza de aire, abordando aspectos como el filtrado y definiendo las recomendaciones de uso, los criterios de dimensionado e instalación y las características que deben ser certificadas por los fabricantes.

6-Atención a los centros educativos.

Se hace mención especial a las escuelas, colegios, institutos y universidades, cuyas aulas son espacios con una elevada densidad de ocupación, donde numerosas personas comparten el aire durante muchas horas al día.

7-Regulación de tecnologías, procedimientos y normativas.

Se pide también a las administraciones que se posicionen sobre la eficacia de otras tecnologías como fotocatálisis, ionización, ozono y rayos ultravioleta, identificando los riesgos asociados y desarrollando las regulaciones necesarias en esta materia.

8-Divulgación.

La carta plantea también una fuerte apuesta por la divulgación científica como un pilar básico en la lucha contra la pandemia, dando a conocer las ideas básicas sobre transmisión de la COVID-19 y las medidas de prevención más eficaces.