“En circunstancias difíciles hay muchos seres humanos que reaccionan muy mal y otros llegan al límite de sus posibilidades para ser mejores, encontrando en la solidaridad y fraternidad el camino”. Con estas palabras el promotor musical y director de orquesta Xavier Güell realizaba una analogía entre la situación actual de pandemia y las adversidades con las que se encontraron los compositores Bartók, Strauss, Shostakovich y Schönberg al luchar por su vida y su música frente a los totalitarismos y la guerra que asoló Europa en el siglo XX (“si bien advirtió que sería una frivolidad comparar el horror del nazismo y el conflicto bélico con la actual crisis sanitaria).

Güell, que acaba de publicar el primer libro de su tetralogía “El cuarteto de la guerra”, con la obra dedicada a Bartók subtitulada ”Si no puedes, respiraré por ti” (Galaxia Gutenberg), respondió a las preguntas que le realizó el compositor y vicedirector del Conservatorio Superior de Música de Vigo, Jacobo Gaspar, en la charla coloquio celebrada ayer en el Marco dentro de CLUB FARO DE VIGO.

Respecto a su tránsito de promotor musical y director de orquesta a escritor, iniciado hace cinco años con la edición de su primera novela, Güell comentó que no le resultó difícil: “Intento hacer música con mi literatura; leo lo que escribo en alto y si no suena bien lo desecho”, declaró, al tiempo que confesó que emplea técnicas de composición musical cuando escribe.

Aunque en los cuatro libros que lleva publicados aborda las vidas de grandes creadores de la historia, rechazó el termino novela biográfica para sus obras. “No soy historiador; amo a los personajes sobre los que decido escribir y escribo sobre lo que me interesa: la angustia de la creación, la soledad del creador, el honor, la capacidad de enfrentarse a dificultades, el amor, la amistad, la sexualidad, la cobardía, la violencia y la muerte, la manera cómo la afrontamos”.

Centrándose en la tetralogía que acaba de iniciar, explicó que escogió a esos cuatro compositores “no por ser los mejores del siglo XX, pero sí por las respuestas diferentes que tuvieron ante las dificultades de la guerra”. Del húngaro Béla Barack, que protagoniza el primer volumen el único publicado por el momento, destacó su “exilio voluntario como planteamiento ético” a Estados Unidos, “sin necesidad de abandonar Hungría, donde era el mejor compositor, (el quinto mejor de Europa) y sin ser judío”, para dejar constancia de su radical oposición a las dictaduras de Horthy, Hitler y Mussolini. Mencionó cómo fue la vida del músico en Nueva York. “Todo le va a ir mal, el público no entiende su música, la rechaza por agresiva, por referirse a un folclore europeo de países que los americanos no saben situar en un mapa”. Esto provoca que deje de componer durante cuatro de los cinco años que vive en estados Unidos; en el quinto crea cuatro obras y antes de morir, cuando ha perdido todo, se obsesiona con dejar la vida solucionada a su esposa, a Ditta, hasta el punto de que se niega a ser sedado para acabar de componer una obra que deja inacabada, con solo 17 compases pendientes.

La fraternidad mostrada por su exalumnos húngaros que le ayudad a escondidas y convencen al director de la Sinfónica de Boston para que le encargue una obra y su responsabilidad como padre en una especie de testamento vital que le dedica a su hijo Peter, en el que habla del compromiso del ser humano con otros seres vivos que habitan el planeta, son otros aspectos que aborda Güell en la novela dedicada a Bartók, cuyo título “Yo respiraré por ti” alude a sus problemas de salud y al mensaje implícito de que “no estamos solos, hay personas dispuestas a ayudar, a escuchar; esto es muy adecuado para el tiempo en que estamos”.

Sobre los otros tres compositores que protagonizarán los volúmenes en preparación dijo que “Strauss pactó con Hitler para salvar a su nuera, sus nietos y a su libretista, que eran judíos, pero lo pagó muy caro y la historia lo juzgó como un cobarde sin valor para enfrentarse a los nazis”. De Schostakovich destacó que se tuvo que desdoblar cuando Stalin amenaza con mandarlo a un campo de trabajo si no escribe algo que pueda entender el pueblo soviético; y de Schönberg mencionó cómo el éxodo obligado a Estados Unidos perjudicó su obra.

“Ante circunstancias difíciles, hay seres humanos que reaccionan con fraternidad”

“Ante circunstancias difíciles, hay seres humanos que reaccionan con fraternidad”

Un talento que ha sabido trasladar la magia de la música a la literuratura

Director de orquesta y promotor musical de reconocido prestigio internacional, Xavier Güel es, además de uno de los grandes talentos musicales españoles, un fantástico escritor de literatura que ha sabido trasladar la magia de la música a los libros. Su compromiso con las vanguardias le llevó a a seducir a miles de lectores con sus anteriores novelas, todas ellas editadas por Galaxia Gutenberg. En “La música de la memoria” (2015), relata la confesión en primera persona, estableciendo una relación de intimidad con el lector, de Beethoven, Schubert, Schumann, Brahms, Liszt, Wagner y Mahler. Sus testimonios de vida y creación se van trenzando en un arco que sigue con pálpito apasionado el transcurso del siglo XIX hasta llegar a los albores del XX. “Los prisioneros del paraíso” (2017) aborda la lucha del arte contra la barbarie, trata sobre el dolor y la superación y homenajea a la música cuando ésta alcanza el límite de la sensibilidad humana. En esta novela, Güel, narra la historia de Hans Krasa, compositor y director de orquesta checo de origen judío, confinado junto a otros músicos, autores y cantantes por lo nazis en el campo de concentración Theredisendstadt. En “Yo, Gaudí” (2919), entrelaza realidad y ficción a través de 21 cartas escritas por el arquitecto catalán mientras se recuperaba de una grave enfermedad en la Cerdeña.