Un obús entre la chatarra, decenas de granadas, morteros, proyectiles de artillería... Alpendres, desvanes y bodegas gallegas continúan siendo un pequeño gran campo de minas plagados de artillería de la Guerra Civil.
Juan Prieto, un vecino de Montederramo de 80 años, no reparó hasta pasado un mes en el cilindro metálico y con un extremo puntiagudo que recogió en febrero, junto a otros objetos en una chatarrería del barrio de O Pino, en la ciudad de Ourense. Resultó ser un un proyectil de mortero que, todo apunta, podría datar de la Guerra Civil.
Tan solo un par de días antes, los TEDAX desactivaban otro artefacto similar en Carballido localizado por un vecino en medio de una finca mientras recogía grelos.
Una 'sorpresa' similar se llevaba un vecino de Salceda de Caselas en noviembre pasado cuando hacía limpieza en un alpendre y se toó con una granada de mortero. El hallazgo se produjo en un cobertizo anexo a su domicilio en Fonte. A pesar de su antigüedad y su mal estado de conservación, el artefacto mantenía sus propiedades explosivas activas, por lo que su manipulación resulta extremadamente peligrosa. Una manipulación incorrecta podría haber desatado la tragedia, ya que según la propia Guardia Civil, la explosión de un artefacto de estas características -modelo 'Valero' de 50 mm- puede arrojar metralla en un radio de 100 metros.
Dos granadas, una de mortero y otra de mano defensiva, aparecían en un cobertizo de Vilaboa el pasado mayo en una caja de madera y en enero un vecino hallaba una granada de mortero entre las rocas de la playa de Rande.
Pero uno de los hallazgos más llamativos se remonta a 2017 cuando se neutralizó un proyectil de uso militar encontrado en el sótano de una vivienda de Ponteareas. El artefacto tenía casi un metro de longitud y 116 kilos de peso y presentaba un calibre "muy poco común".
En 2012 salió a la luz un pequeño arsenal que llevaba en letargo durante 76 años en una casa particular de Tui: una granada de mano tipo "dardo", otras tres de fabricación italiana, un mortero y un obús se hallaron entre diversa documentación antigua que se encontraba en la casa, situada en el conjunto histórico de Tui.
Qué hacer si nos encontramos con uno de estos artefactos
Según las cifras que manejan los Tedax, todos los años se desactivan entre 50 y 200 artefactos de este tipo y la munición más común es la de calibre medio o pequeño.
Para evitar estos riesgos, los Técnicos Especialistas en Desactivación de Explosivos de la Guardia Civil aconsejan no abandonar estos artefactos como basura y reiteran que la forma de actuar ante el hallazgo de algún artefacto explosivo consiste en no tocar ni manipular el objeto, señalizar y acordonar la zona y avisar de inmediato a la Guardia Civil.
