España se tiñó de morado para celebrar un Día Internacional de la Mujer atípico debido a las restricciones establecidas para evitar la propagación del coronavirus. En esta ocasión, no se vieron las aglomeraciones de antaño por las calles, pero sí se sintió y escuchó el espíritu del movimiento feminista, que fue apoyado por miles y miles de personas en los balcones... y sobre el asfalto –aunque menos de lo habitual por el miedo al contagio y las restricciones– a pesar de la polémica generada el año pasado, cuando se relacionó el aumento de infectados con los actos multitudinarios celebrados jornadas antes de decretarse el estado de alarma.

Las mujeres hacen oír su voz en toda España

Las mujeres hacen oír su voz en toda España

El feminismo situó en el centro de sus reivindicaciones la corresponsabilidad en los cuidados tanto en el tiempo como en las tareas, un objetivo “irrefutable” que se hizo todavía más visible con la irrupción de la pandemia del COVID, así como la lucha contra la violencia machista y la discriminación económica y social.

Manifestantes recorren laGran Vía de Vigo. Alba Villar

Manteniendo la distancia de seguridad y con mascarillas, los participantes en las manifestaciones y concentraciones –incluso se organizó una bicicletada en Vilaboa–, que se celebraron en más de una treintena de puntos de la comunidad gallega bajo el lema “Sin cuidados, no hay vida” –en las ciudades, pero también en localidades como Catoira, Lalín, Vilagarcía, Oleiros, Noia, Allariz, Burela o Monforte de Lemos–, entonaron cánticos en favor de la igualdad y portaron carteles en los que se podía leer “Si es machista, no es justicia”, “El machismo es terrorismo” o “Todas con derecho, ninguna con miedo”. La excepción fue Madrid: la Delegación del Gobierno prohibió los actos masivos y la Justicia ratificó esta decisión, lo que no impidió que entidades como el Movimiento Feminista de Madrid usaran como estrategia reducir el aforo de sus acciones o se llevasen a cabo acciones espontáneas. La otra cara de la moneda fue Barcelona, donde se celebró el acto más numeroso de todo el país en el 8-M: una manifestación estática a la que asistieron unas 4.500 personas.

Integrantes de diferentes colectivos feministas leyeron manifiestos, interrumpidos en varias ocasiones por los aplausos y vítores de las personas participantes, en los que se destacó que la pandemia “evidenció que la mayor parte del trabajo” de los cuidados –sanitarios, de menores, del hogar, de personas con dependencia, de las tierras, etc.– “continúan realizándose sin remuneración pese a que la gratuidad de su labor está ahorrando costes al sistema”, aseveraron.

Concentración en la Praza de América de Vigo. Alba Villar

Una de las manifestaciones más exitosas en Galicia fue la de Vigo. Según el cálculo de la Policía Local, contó con la presencia de 995 personas, que se desplazaron por la Gran Vía formando tres filas y respetando la distancia física desde la Praza de España hasta la Praza de América. Entre las participantes, se encontraba Ana Fernández, de 59 años. Aseguraba que estar en la calle no significaba no tenerle miedo al virus. “He venido con muchas precauciones: me he puesto una mascarilla FFP2 y, por encima, una quirúrgica. La consigna era que, si veía desorganización, me volvía para casa, pero no está siendo así. Hay que luchar por la igualdad todos los días del año, pero, especialmente, el 8-M”, señalaba.

A unos metros, marchaba José Carlos de la Fuente. “Es una reivindicación lógica, la sociedad en la que vivimos es muy patriarcal, las mujeres demandan su derecho a la igualdad y yo las apoyo. Las costumbres que tenemos son heredadas, el machismo se percibe en el día a día”, comentaba antes de subrayar que no había dudado en asistir: “Las medidas se están cumpliendo escrupulosamente. Debemos salir a las calles para exigir igualdad. Si se tienen en cuenta las normas, no pasa nada. Yo me siento totalmente seguro”, decía.

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Día de la Mujer: el violeta toma la calle con medidas anticovid R. V.

Opinión similar mostraba Andrea Costas, de 43 años: “Sabía que no iba a haber problemas de seguridad, se están respetando las medidas, pero he decidido venir sola, no he traído a los pequeños de la casa, como sí hacía otros años”. Entre los motivos que la animaron a asistir a la manifestación, citó tres: “Reivindicar mejoras en las condiciones de vida de las mujeres, exigir que se valoren los cuidados y denunciar que, en la maternidad, se da por hecho que tenemos que ser las mujeres las que nos encarguemos de cuidar a los menores”.

Unos metros más atrás, caminaban juntos Cristina C. y Guillermo C., matrimonio. “Nos sentimos seguros, sabíamos que íbamos a encontrar cordura”, aseguraban. Ella destacaba que salir a la calle en el Día Internacional de la Mujer sirve para denunciar casos de machismo en el ámbito laboral: “Cuando trabajaba en el mundo de la jardinería, no me permitían subir a un árbol a cortar una rama o coger la máquina para desbrozar”. “Ocurre lo mismo en el metal o en la electricidad, casi no hay mujeres porque son sectores en los que la mentalidad es arcaica”, anotaba él.

Las jóvenes también salieron a la calle el 8 de marzo. Sara Leméns, Belén Portela y Andrea Vázquez, de 19 y 21 años, argumentaban que “hay que seguir trabajando mucho para alcanzar un mínimo de igualdad”.

Seguimiento de la huelga

El seguimiento de la huelga en el ámbito de la administración autonómica fue escaso: según informó la Xunta en un comunicado, del 4,34%. En cuanto a los ámbitos sectoriales, los porcentajes se situaron en el 2,42% en Educación, en el 3,07% en Sanidad y en el 9,65% en la Justicia.

Mujeres participantes en la concentración de la capital gallega. Xoán Álvarez

Acuchillada en plena calle por su expareja en Valencia

Una mujer de 53 años resultó ayer herida como consecuencia de varias cuchilladas que le infligió su expareja –un hombre de 51 años– en plena calle en la localidad valenciana de Massamagrell. La víctima está grave y, tras estabilizarla un equipo médico del SAMU, fue trasladada en una ambulancia de Soporte Vital Avanzado al Hospital Clínico de Valencia, donde permanece con pronóstico reservado. La agresión se produjo precisamente en el Día de la Mujer. Vecinos que se encontraban en el lugar de los hechos intervinieron al ver lo sucedido e impidieron que el hombre siguiera agrediendo a la mujer. Un compañero de trabajo de la víctima empezó a golpear al agresor para detenerlo e incluso intentó retenerlo para evitar que escapara. Así, hubo un forcejeo entre ellos y el agresor también resultó herido. Finalmente el autor fue detenido y pasó a disposición de la Guardia Civil. No había denuncias previas.

Carmela Silva, en el acto de la Diputación de Pontevedra a favor del 8-M. | // RAFA VÁZQUEZ

Sánchez avanza que la ley del “sí es sí” será aprobada en breve y alerta contra la ultraderecha

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, avanzó ayer que la ley del solo sí es sí, que endurecerá los castigos a los ataques a las mujeres, será aprobada “dentro de muy poco”, en línea con la agenda feminista del Ejecutivo. Se ha terminado el tiempo “en que las violencias a las que se ven sometidas las mujeres por ser mujeres queden escondidas bajo el silencio y la impunidad”.

“Estoy convencido de que dentro de muy poco vamos a poder aprobar definitivamente esa ley del sí es sí para que solo sí sea sí”

Sánchez realizó estas declaraciones en un acto con motivo del Día de la Mujer celebrado en el Ministerio de Igualdad, donde también alertó del peligro para la lucha por la igualdad que representa el auge de la ultraderecha. “Con su discurso de odio y su machismo descarnado; la ultraderecha no es una fuerza de resistencia al feminismo, es una fuerza de retroceso”, señaló en alusión a Vox.

Pedro Sánchez saluda a Montero, ayer antes del acto por el 8-M. | //E. PARRA/E.P. /

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“Propugna una vuelta atrás, a la época de inferioridad de las mujeres, a los tiempos de la sumisión”, ya que “siente nostalgia por unos tiempos en que estaba al alcance de los hombres hacer y deshacer a su antojo la vida de las mujeres”, cuando éstas estaban a su disposición como si fueran un “servicio gratuito” o “un objeto de disfrute sexual”. En ese mismo acto, la ministra de Igualdad, Irene Montero (Unidas Podemos), enterró el choque con sus socios socialistas tras la prohibición en Madrid de las manifestaciones por el 8-M, que finalmente aceptó. “Se van a equivocar quienes pretendan medir la fuerza del movimiento por lo llenas que estén las calles y las plazas [...] Este 8M no vamos a poder juntar nuestros cuerpos en las calles como estamos acostumbradas a hacer siempre, pero que nadie se equivoque, nuestra fuerza no va a estar en cuántas mujeres consigamos salir el día 8 a la calle”, aseguró la ministra. Por su parte, el presidente del PP, Pablo Casado, defendió el “feminismo liberal” de su partido y rechazó las “etiquetas” de la izquierda” o las “lecciones” de Vox. Este último ordenó a sus cargos no acudir a los actos conmemorativos del 8-M y pidió celebrar esa jornada el día de las víctimas del coronavirus a partir de ahora.