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La dramática comparación entre los muertos por COVID y por gripe en Galicia

Flores en el cementerio viejo de Lalín el pasado mes de noviembre Bernabé / Javier Lalín

Mañana se cumple un año desde que se comunicó el primer caso confirmado de COVID-19 en Galicia, y hoy también hace un año que se supo del primer fallecido por la enfermedad en España, un deceso que en realidad ocurrió el 13 de febrero de 2020 en la Comunidad Valenciana y se verificó semanas después. A la hora de hacer el primer balance anual de la epidemia en Galicia, una de las magnitudes más fiables para medir su dimensión es la estadística de defunciones por coronavirus y su peso relativo en la mortalidad. Si comparamos esos datos con los de la enfermedad de transmisión respiratoria más conocida y prevalente antes de la pandemia, la gripe estacional, nos encontramos que los fallecidos por COVID-19 en la comunidad cuadruplican los de la influenza desde 2005 hasta hoy.

Según los datos recabados por FARO, entre 2005 y la actualidad se registraron en Galicia 538 fallecidos cuya causa de muerte diagnosticada fue el virus de la gripe –enfermedad con una incidencia prácticamente nula hoy día–, mientras que las defunciones con diagnóstico positivo de SARS-CoV-2 han sido 4,2 veces más, un total de 2.256, en apenas un año de epidemia de coronavirus SARS-CoV-2.

Los 2.256 fallecidos multiplican por 25 las víctimas mortales de tráfico de 2019

Las cifras de la gripe divergen entre las que facilita el Instituto Nacional de Estadística, que calcula solo los fallecimientos directos por el virus, y las que calcula el Centro Nacional de Epidemiología, que hace una estimación según el impacto de la enfermedad. En 2018, por ejemplo, se registraron en España 1.852 fallecidos por gripe. Pero en las últimas temporadas de gripe estacional, principalmente entre octubre y mayo, la mortalidad estimada fue de unos 15.000 muertos anuales para toda España. Esta estimación está aún muy lejos de los casi 70.000 muertos por COVID-19 que mantiene el Ministerio de Sanidad y de los alrededor de 90.000 que se obtienen sumando las cifras de las comunidades autónomas. Y si se atiende a las cifras del INE o del MoMo, la mortalidad derivada del COVID-19 es aún mayor.

Conviene recordar la comparativa entre gripe y COVID-19 porque hace ahora un año se imponían en los medios de comunicación las opiniones “sologripistas” y se decía que la gripe mataba más que el coronavirus. Hasta un conocido virólogo –habitual en los programas televisivos sobre la pandemia– publicó un artículo titulado “COVID-19, más que un catarro, menos que una gripe”.

Si lo comparamos los fallecidos gallegos por COVID con las víctimas mortales de accidentes de tráfico en un año –90 en 2019, el último año “normal”–, hallamos que las defunciones por coronavirus multiplican por 25 esa cifra.

Con todo, y a pesar de ser una de las comunidades con una población más envejecida, Galicia tiene una de las tasas de mortalidad por COVID-19 más bajas de España. La tasa de mortalidad gallega es un 44% menor a la del conjunto del país. La epidemia ha matado al 0.148% de la población española (es decir, 1,48 fallecidos por cada mil habitantes) y al 0.083% de la población gallega (0,83 muertos por cada mil habitantes).

Una de las características diferentes de Galicia en esta epidemia de coronavirus ha sido la distribución de la mortalidad, en la que ha tenido un enorme peso la tercera ola: los meses de enero y febrero de este año han superado con creces el número de fallecidos de los peores meses de la primera onda. Así, en marzo de 2020 se registraron 136 muertos, y en abril, 429; mientras que en enero se contabilizaron 416 y el mes pasado, 424, una cifra que se podría incrementar en los próximos días debido a retrasos en las notificaciones. Febrero ha sido, por tanto, el segundo peor mes de la epidemia en Galicia, prácticamente en la misma medida que abril.

La mortandad por COVID-19 en Galicia se aceleró en la segunda y tercera olas. Así, el umbral de los mil muertos se traspasó el 8 de noviembre, transcurridos más de ocho meses después del primer caso comunicado oficialmente; mientras que los 2.000 se rebasaron el 9 de febrero: entre el primer y segundo millar de fallecidos pasaron solo tres meses.

Los fallecidos de residencias geriátricas en Galicia suman a día de hoy 785, el 34% por ciento de los decesos totales. En el conjunto de España, los muertos en residencias suponen el 42% del total. Es de esperar que estas cifras permanezcan prácticamente sin variación, dado que el número de casos activos en estos centros se ha reducido espectacularmente en Galicia gracias a la vacunación: hace un mes había 427 residentes y 226 trabajadores pasando la infección, y estas cifras son ahora de 35 y 12, respectivamente. La reducción ha sido del 92% para los residentes y del 94,7% para los trabajadores.

Las vacunas son, pues, algo más que una esperanza, toda una realidad para acabar con el aspecto más trágico de la pandemia, la mortalidad.

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