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La confianza en la vacuna en España cae un 40% entre embarazadas y madres de niños

Una farmacéutica recibe la vacuna contra el COVID-19 Eduardo Parra

Así lo indica un estudio de Harvard entre 16 países. Las españolas, entre las que más dudan de la seguridad

La confianza de las españolas en la vacuna contra el COVID-19 cae un 40% entre embarazadas y madres de niños. Este es uno de los datos del estudio de la prestigiosa Escuela de Salud Pública de Harvard (Boston, EEUU) que publica el “European Journal of Epidemiology”, y en el que ha participado la investigadora española Sonia Hernández Díaz, profesora de Epidemiología en dicha universidad estadounidense. El dato resulta sorprendente, ya que sitúa a España en un nivel de desconfianza similar al de Estados Unidos y Rusia, países donde hay un considerable movimiento antivacunas.

El trabajo lleva por título “Aceptación de la vacuna COVID-19 entre embarazadas, mujeres y madres de niños pequeños: Resultados de una encuesta en 16 países”. A las encuestadas se les preguntó por la probabilidad de aceptar una vacuna con el 90% de eficacia para ellas y para sus hijos, eligiendo entre “muy probable”, “bastante probable”, “algo probable”, “bastante improbable” y “nada probable”. En esta graduación, las tres primeras respuestas se consideran como un sí probable a la vacuna; y las dos segundas, como sí improbable.

El porcentaje de las madres o futuras madres que consideraban probable su aceptación a la vacuna fue alto para recibir ellas mismas la inyección: un 78%. El dato llamativo viene para la pregunta a las madres embarazadas y de niños jóvenes sobre la seguridad de la vacuna: “Si una vacuna es aprobada por las agencias de salud pública en el país en el que vives, ¿qué confianza tienes de que la vacuna será segura y sin efectos secundarios dañinos?”. La respuesta de probabilidad afirmativa cae al 38%, mientras que la negativa es el restante 62%. España es el segundo país con mayor desconfianza, solo superado por Rusia (con un 85% de rechazo) y algo por encima de EE UU (60%).

También hay un notable grado de desconfianza para la vacunación durante el embarazo, que llega casi al 50%, aunque la vacuna sea gratuita, segura y eficaz al 90%.

El dato contrasta con la altísima confianza en las vacunas infantiles (sarampión, varicela, rubéola...) en España: cerca del 98% de las españolas creen que son seguras, en contraste con las estadounidenses y rusas, con un grado de desconfianza que oscila entre el 20 y el 30 por ciento.

  • “Hay dudas porque no hay evidencia directa de seguridad en el embarazo”

    Sonia Hernández - Epidemióloga de Harvard

La epidemióloga española Sonia Hernández Díaz, una de las autoras del estudio, explica que entre mujeres gestantes “hay más dudas porque no hay evidencia directa de la seguridad en el embarazo al excluirse a las embarazadas de los ensayos clínicos”. Esta profesora de Epidemiología de Harvard subraya que a las mujeres les preocupa, lo primero, la salud del feto, y que en la balanza entre el riesgo de vacunarse y el beneficio les falta el primer factor, el propio riesgo de la vacuna. “Sobre todo si piensan que el COVID-19 no es peligroso, no les salen las cuentas de riesgo/beneficio”, comenta a FARO la científica.

A la investigadora le sorprende el resultado dado el escaso peso de los antivacunas en España. De hecho, la aceptación es casi total para las vacunas infantiles, como también demuestra el estudio, pero “para las antiCOVID la proporción es casi tan alta como en EEUU, Rusia o Australia, aunque este pais no han tenido la misma intensidad de pandemia”, apunta.

Las gestantes vacilan porque no hay datos de ensayos clínicos

Otro dato llamativo es que la confianza en las vacunas contra el COVID coincide con el mayor descontento con la respuesta de los gobiernos a la pandemia: las españolas encuestadas son las que más desaprueban las políticas gubernamentales en la pandemia (más del 65%), solo por detrás de las rusas y por encima de las brasileñas y las estadounidenses. Por contra, las españolas son las que más han respetado la obligación de llevar mascarilla. Las que menos, de nuevo las estadounidenses y rusas.

“La falta de información sobre la seguridad de la vacuna durante la gestación es una de las causas principales para no aceptar vacunarse durante el embarazo –resume Sonia Hernández–. Otras razones son el pensar que la vacuna no funciona, o que el COVID-19 no es para tanto, que el riesgo es bajo sin vacuna”.

“Ahora hay vacunas y la decisión no es hipotética, muchas mujeres se están enfrentando con ella de verdad”

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La encuesta se realizó en noviembre y Sonia Hernández está en contacto con médicos españoles para repetirla. “Ahora hay vacunas y la decisión no es hipotética, muchas mujeres se están enfrentando con ella de verdad”, subraya. La epidemióloga de Harvard ha creado un registro internacional online para ayudar a otras mujeres que están embarazadas o que están contemplando quedar encintas, y que están o pueden estar infectadas con el virus SARS-CoV- 2. Está en https://corona.pregistry.com/.

Contraindicaciones de la vacuna de Pfizer ante el embarazo

El Plan Gallego de Vacunación frente al SARS-CoV-2 contempla tres contraindicaciones relativas o temporales de la vacuna de Pfizer-BioNTech (de nombre Comirnaty) relacionadas con la gestación y la fertilidad.

En primer lugar, el documento del Sergas especifica que se debe descartar un embarazo antes de la administración de esta vacuna, ya que los datos disponibles sobre la seguridad de su uso durante el embarazo son limitados.

De acuerdo con la ficha técnica de la vacuna de Pfizer-BioNTech, se desconoce si este fármaco puede tener algún impacto sobre la fertilidad, por lo que se debe advertir a las mujeres en edad fértil que eviten el embarazo entre la primera y la segunda dosis y dentro de los dos meses posteriores a la segunda dosis.

El documento de Sanidade especifica que tampoco se sabe si la vacuna se excreta en la leche materna, por lo que actualmente no se recomienda la vacunación durante la lactancia.

Estas recomendaciones están en línea con las de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que no recomienda la vacuna de Pfizer para mujeres embarazadas ni en lactancia, salvo inevitable alto riesgo de exposición al virus. Sin embargo, la OMS no aconseja dejar de dar el pecho después de la vacunación.

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