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La desescalada en Galicia, ante su primera reválida

Un grupo de gente consume en una terraza en Bouza Ricardo Grobas

La desescalada "a modiño" que diseñó la Xunta después de la devastadora tercera ola se somete mañana a su primer examen. Tras el primer fin de semana de apertura de la movilidad y de la hostelería en buena parte del territorio, el comité clínico que asesora al Gobierno gallego en la gestión de la pandemia se reúne a partir de las 18:00 de este martes. Analizará el impacto de estos primeros compases de la recuperación de parte de la actividad que se había quedado congelada para frenar la curva disparada a la vuelta de la Navidad. Sobre la mesa de los expertos estarán los datos de los contagios, y a buen seguro también tendrán presentes los informes con las denuncias por incumplimientos de las normas y las imágenes de algunas terrazas y paseos atestados de gente. De sus recomendaciones dependerá cómo quede el mapa de las restricciones en la comunidad para la siguiente semana.

Cuando anunció esta tercera desescalada, el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, incidió en sus llamamientos a la responsabilidad individual, ante la mayor capacidad infecciosa de la variante británica del coronavirus, que ya se ha convertido en la mayoritaria en la comunidad. Y la Consellería de Sanidade, al ver el transcurrir de las primeras horas de reapertura, lanzó mensajes de alerta. Lo cierto es que a la hora de tomar decisiones sobre el nivel en el que se sitúa cada concello tendrán más peso los números más recientes, para tratar de prevenir explosiones de casos ocasionadas por las nuevas cepas. Con los últimos datos disponibles, es previsible que Redondela y Oia bajen de los 250 casos de incidencia acumulada en los últimos 14 días, por lo que podrían ver aliviadas sus restricciones. Moaña está más en el límite, por lo que, tal vez, salga de la reunión de mañana como el único municipio de la área sanitaria de Vigo con el nivel de restricciones alto.

De acuerdo con la última información publicada por el Sergas, la apertura del fin de semana no se refleja en un crecimiento de contagios, aunque los aumentos de positivos, de darse, suelen tardar unos días en llegar a las estadísticas. En todo caso, de cumplirse los peores augurios, habrá cuarta ola y estará protagonizada por los jóvenes, toda vez que la vacunación va avanzando entre los mayores, que también son los más vulnerables. De hecho, la Consellería de Política Social informa de que en las últimas horas no se han dado nuevos positivos en las residencias y el número de usuarios infectados continúa cayendo, hasta los 38. Solo quedan por inmunizar los residentes y trabajadores de aquellos centros con brotes activos.

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Domingo de sol, mercadillo y desescalada E. V.

Tras la alarma creada por las imágenes de algunos establecimientos atestados y el consecuente aviso de la Xunta, los hosteleros también se han quejado por que se les imponga la labor de "policías". Entienden que ellos no deben de controlar si los clientes usan la mascarilla como está pautado --solo en el momento de la consumición--. Una parte de los locales tampoco han desplegado las terrazas tal y como marca la última normativa del Gobierno gallego, con una de cada dos meses precintadas para que se visualice con facilidad que se cumple la limitación del 50 por ciento. Para el próximo viernes queda la obligación de que cada establecimiento obtenga un código QR a través de la página web del coronavirus del Sergas. Los clientes, a través de la aplicación de la Xunta Passcovid, podrán registrar su presencia en el local, y en caso de que surja un caso de contagio será más fácil el rastreo de los contactos. Sobre la mesa del comité clínico, pues, estará también la necesidad o no de una clarificación de las normativas o la recomendación de una mayor labor de difusión y concienciación para su su cumplimiento sea más estricto. 

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