España podría vacunar 10 veces más que ahora

Han pasado dos meses desde el primer pinchazo contra el covid-19 en España y la incertidumbre sigue lastrando el avance de la vacunación. La escasez de vacunas impide poner en marcha los planes de inmunización masivos. Mientras, el reparto de las dosis se tiene que ir adaptando sobre la marcha a retrasos, imprevistos y peculiaridades de cada vacuna. En las primeras ocho semanas de campaña en España se ha repartido una vacuna a al menos el 4% de la población y se han administrado las dos dosis correspondientes a cerca del 3% de los ciudadanos.

“El sistema sanitario ha demostrado que dispone de suficiente músculo para gestionar algo tan ingente como una campaña de vacunación masiva. La desazón viene porque el ritmo de llegada de vacunas no es el esperado y tampoco sabemos cuándo mejorará la situación”, argumenta Amos José García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV). “El sistema sanitario está preparado para poner 10 veces más vacunas que hasta ahora. El problema vuelve a ser la falta de vacunas”, reafirma Jaume Sellarès, vicepresidente del Col·legi de Metges de Barcelona (COMB).

A pesar de todo, las vacunas también empiezan a dibujar su propia curva. El número de personas vacunadas ha superado ya al número de infectados por el virus. Es una cifra que invita a la esperanza, pues el efecto de estos medicamentos ya se está traduciendo en un descenso de los contagios y la mortalidad en las residencias de ancianos. Las inmunizaciones evitan ya entre 500 y 600 muertes al mes en los geriátricos catalanes, dice la Conselleria de Salut.

¿Y a mí cuándo me toca?

“Vivimos momentos de incertidumbre, sí. Pero hay que dejar claro un mensaje: los sanitarios estamos trabajando para que ninguna vacuna se pierda y para que todo el mundo tenga la suya”, recalca Sellarès. En la atención primaria, explica el doctor, cada día se reciben cientos de llamadas para preguntar «y a mí cuándo me toca». Sobre esta cuestión, el Ministerio de Sanidad recuerda que «el servicio de salud de cada comunidad autónoma contactará con las personas a las que va a vacunar, siguiendo el orden de priorización establecido», por lo que no es necesario llamar a los centros de salud.

“Hay que ser cauteloso con las promesas que se lanzan porque pueden crear falsas expectativas. El día que se anunció que empezaban las vacunaciones a mayores de 80, por ejemplo, recibimos muchísimas llamadas y tuvimos que ser nosotros, los sanitarios, los que diéramos la mala noticia de que las vacunas todavía no habían llegado», recalca el vicepresidente del COMB. Los sanitarios también atienden consultas de personas mayores o con enfermedades previas que preguntan si la vacuna está indicada para ellos. «Las vacunas son seguras y efectivas. En la mayoría de los casos, se aconseja su uso», destaca el especialista.

En las próximas semanas y meses, el plan de vacunación debería llegar a los siguientes sectores de la población; mayores de 80, personal sanitario y sociosanitario menor de 56, trabajadores esenciales menores de 56, personas de entre 70 y 79, personas de entre 60 y 69, menores de 60 con condiciones de riesgo y población general entre 45 y 55 años. A partir de junio, cuando se prevé que haya más disponibilidad de dosis, podría empezar la vacunación masiva. Entonces, el objetivo de la inmunidad de grupo estará cada vez más cerca.

En estos momentos, España dispone de tres vacunas contra el covid-19. La fórmula de Pfizer y BioNTech, aprobada el 21 de diciembre de 2020. La de Moderna, aprobada el 6 de enero de 2021. Y la de AstraZeneca y Oxford, aprobada el 29 de enero de 2021. Todas cumplen los estándares de seguridad y eficacia, según corrobora la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), pero cada una tiene características diferentes. AstraZeneca, por ejemplo, destaca como la más asequible y fácil de producir; pero se han testado, en su mayoría, en población joven. A la luz de esta información, pues, España decidió suministrar esta vacuna solo a población de entre 18 y 55 años y evitar repartirla entre los mayores.

“Nadie pone en duda ni la seguridad ni la eficacia de la vacuna de Oxford. Pero hasta que no haya una evidencia científica sólida sobre su uso en mayores de 55 es lógico y razonable esperar hasta que haya datos más contundentes y con valor estadístico significativo”, recalca García Rojas. Esta información podría llegar en abril, cuando AstraZeneca publique los resultados de un ensayo específico de su vacuna en población mayor. Entre mediados de marzo y principios de abril, además, todo apunta a que Europa aprobará la vacuna Janssen (Johnson & Johnson), la cuarta en incorporarse a la campaña de inmunización. “Esta vacuna supone una ventaja estratégica, porque solo requiere un pinchazo. Esto podría dar un empujón decisivo”, añade el portavoz de AEV. España espera recibir entre 20 y 40 millones de dosis de este medicamento a partir de abril, cuando entre en vigor el contrato con la farmacéutica.

Un poco más de paciencia

“Estamos empezando a ver con nuestros propios ojos el efecto de las vacunas, pero todavía hay que tener un poco más de paciencia”, argumenta Eva Martínez Cáceres, jefa del Servicio de Inmunología del Hospital Germans Trias i Pujol y vicepresidenta de la Sociedad Española de Inmunología. Todavía no se conoce cuánto dura la respuesta a las vacunas. Primero, porque faltan estudios a más largo plazo. Tiene que pasar tiempo para conocer la duración de la respuesta inmunitaria. Y segundo, porque el surgimiento de más variantes podría afectar a la efectividad de algunas vacunas y la posibilidad de reinfecciones.

Martínez Cáceres explica que, según las evidencias actuales, los anticuerpos generados tras una infección duran al menos ocho meses. Pero estos solo suponen la punta del iceberg de las defensas. Los linfocitos B y T podrían guardar las instrucciones para hacer frente al virus durante mucho más tiempo. “No es descartable que las vacunas contra el covid-19 necesiten una dosis de recuerdo al cabo de un año”, resume la inmunóloga.

Ante las dudas y la incertidumbre, la doctora aconseja prudencia. “Las actuales vacunas no implican que las personas vacunadas puedan contraer la enfermedad, en una forma mucho más leve. Tampoco sabemos si los inmunizados pueden transmitir el virus”, recalca Martínez Cáceres. La recomendación, pues, sigue siendo mantener medidas.

El dato más esperanzador que deja el arranque de la campaña de vacunación en España, esgrime García Rojas, es la mejora en los índices de aceptación pública de la vacuna: “Hace unos meses, el 45% de la población española se mostraba reticente a ponerse la vacuna. Ahora, en cambio, todos están deseando que llegue su turno. El aumento en la confianza de las vacunas siempre es una muy buena noticia”.