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Rodrigo romaní | Músico, Premio Laxeiro 2021

“Me gusta más tocar con gente que está aprendiendo que con gente consagrada”

Rodrigo Romaní Cristina Graña

Rodrigo Romaní, cofundador de Milladorio e impulsor de la Orquesta SonDeSeu, ha sido galardonado con el Premio Laxeiro 2021 como reconocimiento a toda una vida dedicada a la renovación de la música tradicional gallega.

“La persona aprende sola; el profesor solo le enseña los atajos para llegar antes”

“Los premios hay que aceptarlos con prudencia porque detrás de los logros personales hay otras personas”

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El profesor y director de la Escola Municipal de Música Folk e Tradicional (ETRAD) de Vigo aseguró ayer sentirse “tremendamente halagado” de formar parte de una lista de premiados que incluye a grandes nombres de la cultura gallega y aseguró que le debe este honor a un compendio de circunstancias y a muchas personas cuyos nombres no figuran en este reconocimiento. “No creo estar a la altura de los premiados en ediciones anteriores, pero no voy a ser yo quien lo desmienta ahora”, afirmó. Debido a la pandemia, Romaní recibirá el premio en la sede de la Fundación Laxeiro, en fecha todavía sin fijar.

–Está considerado uno de los introductores del arpa céltica en Galicia, pero ¿cómo llegó usted a este instrumento?

–Por azar. Estábamos montando Milladoiro y este necesitaba instrumentos que hicieran como colchón de las melodías. En aquella época, finales de los 70, la guitarra acústica y la española eran las más populares, y el arpa era un instrumento un poco extraño, sobre todo la céltica. Pero en Santiago, un vendedor de una casa japonesa dejó en una tienda dos arpas. Una la compró Emilio Cao y otra yo, y así empezó todo. Comenzamos a aprender de forma autodidacta porque entonces no había internet ni manera de aprender en España este tipo de cosas. Tuvimos que buscarnos la vida, pero fue una época maravillosa porque fue puro descubrimiento.

–A mí me asombra que una persona pueda aprender a tocar sola un instrumento como el arpa.

–Una persona siempre aprende sola. Lo que pasa es que hay otra persona, que se llama profesor, que le enseña los atajos para llegar antes. Se dice que en proceso didáctico siempre hay tres elementos: el estudiante, el instrumento y el profesor, pero de esta ecuación el profesor es prescindible.

“En la música, en el arte y también en la vida uno aprende solo; la experiencia es la que te enseña”

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–Y esto lo dice un profesor.

–-Sí porque lo mejor que puede hacer un profesor es no estorbar al alumno e indicarle el camino más corto para llegar a algún sitio. Pero realmente en la música, en el arte y también en la vida final la gente aprende sola porque es la experiencia la que te enseña.

  • Ficha personal

    Rodrigo Romaní (Noia, 1957) es uno de los introductores del arpa céltica en Galicia. Cofundador de Milladoiro e impulsor de SonDeSeu, es profesor de la ETRAD de Vigo, centro que también dirige.

–Fue el impulsor de SonDeSeu, la primera orquesta folk de España, que justo en 2021 cumple 20 años. ¿Cómo surgió?

–Y puedo decir que de Europa porque en esa época, buscamos otros proyectos similares y solo una, en Bretaña, que se deshizo al año siguiente. Fue un proyecto vinculado a la ETRAD. Luego, el Concello de Vigo lideró un programa europeo para que se formaran orquestas de folk y nacieron otras en Italia, Finlandia, Escocia... Todas ligadas a escuelas o conservatorios de música porque para que una orquesta folk funcione tiene que haber algo que la vincule.

“Tocar en una orquesta no profesional como SonDeSeu es un gesto de generosidad, pero también te atrapa”

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–¿Es complicado mantener el nivel de una orquesta no profesioal?

–Tremendamente difícil, pero no por falta de músicos, sino por todo lo contrario. La orquesta es una cosa tan bonita que una vez que participas, dejarla es muy duro. Pertenecer a SonDeSeu es un acto de generosidad porque las retribuciones son las justas para cubrir los gastos del músico, pero las exigencias son las mismas. Sin embargo, tiene otras compensaciones, no materiales, como la música que tocamos, la dinámica de apoyo que se establece entre la gente y que al pertenecer a una orquesta tocas más relajado. Por eso te atrapa.

La orquesta de folk SondeSeu en plena actuación ayer noche en Porta do Sol Alba Villar

–¿Pensó que pudiera llegar a alcanzar el prestigio que tiene?

–No, porque nació como una actividad de la escuela, que era tocar en conjunto, pero pronto vimos que el resultado traspasaba la práctica de una clase y dijimos: “Esto tiene que verlo la gente”. Y así fue. Funcionó muy bien no solo aquí, sino también fuera. Otra vez, el azar.

Rodrigo Romaní en 2012 Eli Regueira

–¿Tan importante es el azar?

–Para que uno sea feliz tiene que hacer lo que puede, debe y sabe hacer, pero para que esto produzca resultados se han de dar una serie de circunstancias que no está en nuestras manos. Por eso, cuando a uno le dan un premio tiene que aceptarlo con agradecimiento, sin duda, pero con mucha prudencia porque detrás de los méritos que se te reconocen hay una serie de circunstancias ajenas a la creatividad propia y otras personas cuyos nombres no figuran en el premio.

–¿Ha cambiado mucho el panorama del folk gallego desde que empezó?

–Ganó muchísimo en calidad de los intérpretes y en autenticidad, entre comillas. Llegó un momento en que la gente joven ya no miraba qué se hacía fuera y empezaba a ver lo que se hacía dentro. Esto produjo una mezcla espectacular y lo que tenemos hoy es una autenticidad estupenda y una gran actualización porque la música folk que se hace hoy en Galicia es muy contemporánea y tiene muchísima calidad.

Rodrigo Romaní FdV

–¿Cómo ve su futuro?

–Música se hará siempre, otra cosa es su repercusión. Esta ya depende de las circunstancias socioeconómicas. Si la gente puede vivir de la música, los productos serán más imaginativos, más ricos, más elaborados. Ahora estamos en una etapa muy difícil y sigue habiendo productos fantásticos. La pobreza siempre es más generosa que la riqueza.

–¿Usted es más un músico de grupo o un solista?

–Quizá entre medias, un solista que siempre está acompañado de gente que te aporta energía, ilusión porque de esto también se aprende en la vida. Siempre me ha gustado más tocar con gente que estaba aprendiendo que con gente ya consagrada. De hecho, la gente que colabora en los discos no es de renombre. Tal vez porque el resultado de la perfección estaba en segundo plano, detrás de la energía, la ilusión, las ganas...

–Tras perder parte del dedo anular por un accidente ideó una nueva técnica para seguir tocando.

–No me quedaba más remedio. Había que adaptarse. Fue inconsciente, no fruto de un sacrificio horrible como se ve en las películas. Cuando pierdes parte de un dedo es un trauma, pero poco a poco la vida nos va dando salidas.

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