El endocrino José Manuel Quesada está convencido de que la pandemia de coronavirus está trayendo y traerá en los próximos años otra pandemia subyacente: la de la osteoporosis.

“Al salir poco a la calle, se toma poco el sol o nada y no se adquiere la vitamina D3 y no podemos absorber bien el calcio que tomamos. Si tiene osteoporosis y la están tratando ya con vitamina D, no lo deje de tomar porque será más vulnerable a padecer osteoposrosis o o que empeore y va a ser malo también para la evolución de la enfermedad de COVID”, alerta el doctor.

Los efectos de la pandemia de osteoporosis ya se están notando, según los datos ofrecidos por la Liga Reumatolóxica Galega. “Al princpio, no parecía relevante pero empezamos a hablar con reumatólogos y con nuestros asociados y confirmamos una incidencia mayor, con un incremento superior al 20%”, explica José León, gerente de la Liga y profesor de Educación Física.

Desde la Liga, que cuentan con el asesoramiento científico de los doctores Melero de Vigo y Graña en A Coruña, recuerdan el Proyecto ECTO “Impacto del confinamiento temporal durante la pandemia COVID-19 en mujeres con osteoporosis”.

En él, se evidenció que la adherencia a los tratamientos (toma de vitamina D y calcio) para la osteoporosis se redujo en la población femenina durante la pandemia.

De hecho, un 11% aseguraba haberse caído más veces durante el confinamiento y un 20% señalaba que se había caído “más o menos igual que antes”.