Jarro de agua fría para la hostelería gallega. Su reapertura será “más a largo plazo” y no pasa por los planes de la Xunta decidir una flexibilización para el sector esta semana. Hoy se reúne el Comité Clínico, donde el Gobierno gallego con la asesoría de expertos fija las medidas a tomar para controlar la pandemia. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, avanzó la semana pasada, que ante la mejoría de la situación epidemiológica habría algún “ajuste”, pues eso es lo que habrá. Solo un ajuste. Así lo dio a entender ayer el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña. Como mucho, una vuelta a las clases presenciales en la Universidad y poco más.

Justificó la prudencia en la desescalada, iniciada ya por otras comunidades con reapetura de bares y comercios, porque continúa preocupando la situación en las unidades de cuidados intensivos, que se mantiene en máximos de la pandemia con 228 pacientes según el último balance.

Las ucis se mantienen en máximos de la pandemia, con 228 pacientes

En este contexto, el conselleiro de Sanidade, en declaraciones a la Radio Galega, aseguraba que solo puede hacerse “algún ajuste”, pues debe primar la cautela. “Los números (en las UCI) están por encima del pico de marzo y eso nos obliga a ser muy prudentes”, enfatizó, “sin caer en triunfalismos”. Esa flexibilización sería la vuelta presencial de los universitarios gallegos a los campus.

Preguntado por la hostelería, el sector más castigado por la pandemia, Comesaña comentó que deberá esperar para poder reabrir (ahora se encuentran limitados al servicio a domicilio o para llevar en toda Galicia). Y es que Sanidade cree que “por afectación y protagonismo”, la reapertura de la hostelería va “más a largo plazo”, pues, según el conselleiro, está “comprobado” el efecto que tiene su clausura en la bajada de la incidencia acumulada.

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Es un “tema difícil” porque, aunque “muchos” de los rastreos apuntan a una transmisión en el hogar, el virus “llegó a ese domicilio de algún sitio” y desde Sanidade creen que el contagio tuvo origen en bares y restaurantes, donde los clientes se quitan para la mascarilla para comer y beber, y no siempre se acuerdan de volver a ponerla.

“Creemos que en muchos casos llega de entornos donde se flexibiliza el uso de la mascarilla y donde se pasa tiempo sin esa precaución”, apuntó el tiutlar del Sergas, que, en todo caso, disculpó a los dueños de bares y restaurantes: “No es un problema del propio local, sino del conjunto” de toda la sociedad por no respetar las medidas.

Comesaña también dio a entender que por el momento no habrá relajación en la movilidad, que desde el 27 de enero está limitada al término municipal de cada vecino salvo por motivos justificados.

“Los cierres (perimetrales) están muy ligados a la incidencia acumulada y Galicia está todavía en valores altos. Esperamos que, con los modelos matemáticos que tenemos, en poco tiempo, en una semana o semana y media, alcancemos valores a los que estábamos acostumbrados antes (de la tercera ola)”, declaró.

No habrá, por ahora, relajación en la movilidad

El Comité Clínico estudiará si se mantienen los cierres por ayuntamientos o se regresa al modelo de agrupamientos “por almendras” o se va hacia un modelo de área sanitaria. En todo caso, añadió que continúa vigente en estos momentos la concepción de tomar medidas “globales” a la hora de tomar restricciones con carácter general para toda Galicia, y no concello a concello. Por ello, pidió “paciencia y comprensión” para los vecinos de municipios con baja incidencia o sin casos en los últimos días que mantienen, como el resto de Galicia, el máximo nivel de restricciones.

Y es que, según argumentó, la situación actual hace necesarias medidas “transversales” y que, tras reconocer que tendrían sentido adaptaciones a nivel local, esto podría generar “situacion difíciles de explicar” como la apertura de la hostelería en un municipio mientras en el vecino sigue cerrada, lo que hace “tentador” desplazarse al primero.