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La casa del futuro ya está construida y su creador vive en ella

La casa autosuficiente de Villamejil.

Es el sueño de cualquier propietario: una casa autosuficiente, que genera el 100% de la electricidad que precisa sin renunciar al confort, y que además no emite CO2. Una vivienda perfecta, la casa del futuro, que sin embargo existe, y además en pleno centro de una ciudad (Oviedo): es el hogar del ingeniero Carlos Omar Suárez y su familia, en total cuatro personas, en Villamejil, en plena falda del Naranco.

“Nadie ha sido capaz de hacer una casa 100% autosuficiente en un clima como el nuestro, siempre han necesitado una conexión. Con cuatro días seguidos de lluvia, como los que hemos tenido estos días atrás, hubiera sido imposible mantener el suministro, y hasta con sol necesitaban ayuda. Pero nosotros hemos conseguido resolver todas estas cuestiones y funcionar solo con la luz solar que llega a la fachada”, explica Suárez. Su casa, de hecho, es el prototipo de las viviendas que desarrolla con su empresa, Sunthalpy.

La inquietud de Suárez por las casas autosuficientes le surgió siendo niño. “Vengo pensando en ello desde los 12 años y voy para 48”, explica. Pero siempre se encontraba con un problema que parecía irresoluble: si el edificio requiere de energía solar para abastecerse, ¿qué se puede hacer en los días nublados o, como pasa en Asturias, ante una sucesión de días lluviosos?

"Nadie ha sido capaz de hacer una casa 100% autosuficiente en un clima como el nuestro: con cuatro días seguidos de lluvia, como estos últimos, hubiera sido imposible mantener el suministro, pero nosotros lo hemos logrado"

Carlos Omar Suárez - Ingeniero

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Tras años dándole vueltas, Suárez maduró una solución al problema: en vez de ir aglutinando elementos o soluciones para tratar de reducir la dependencia energética del exterior, Suárez diseñó el edificio como un todo, de la misma manera que se hace con otros objetos tecnológicos como los coches, cuya fabricación conoce bien toda vez que tiene experiencia en el sector de la automoción. Esto le permitió conectar soluciones en torno a la propia estructura de hormigón del edificio, “que funciona como una batería térmica de alta eficiencia gracias a la inclusión de un suelo radiante”, aclara Suárez. Es la clave de su ingenio, el edificio solar de baja entalpía.

Con la idea ya madura, Suárez fundó hace tres años y medio Sunthalpy, y edificó su casa en Villamejil. El pasado mes de octubre, desconectó la casa de la red eléctrica. Y desde entonces, él y su familia viven en ese edificio que, hasta ese momento, parecía más propio de las utopías literarias que de la realidad. Sin pasar frío, sin renunciar a ninguna comodidad, y sin ese conocido escalofrío que alcanza al común de los españoles cuando le llega ese sudoku indescifrable que es la factura de la luz.

Lo más complicado, explica Suárez, es proveer de calefacción al inmueble. “Lo que hacemos es integrar muchas soluciones: el edificio está bien orientado, bien aislado, y tiene sistemas de regeneración de aire. Pero además nuestro suelo radiante es un intercambiador de calor perfecto: con meter agua a 21 grados, logramos calentar el edificio hasta los 20 grados, porque la estructura del edificio se convierte en emisora del calor”, sostiene el ingeniero.

La fachada y la cubierta, también claves

Otra clave para lograr estos resultados reside en la fachada y la cubierta, convertidas en captadores híbridos de calor y electricidad . “Con esa energía se puede mover una bomba de calor que permite hacer funcionar nuestros paneles térmicos en frío en días nublados de invierno, siendo capaces de absorber toda la radiación difusa que emiten las nubes hasta equilibrar las pérdidas del día”, explica Suárez. La estructura, además, funciona en dos sentidos: por un lado, los días que hace sol el edificio acumula calor, como los acumuladores eléctricos de toda la vida, y lo guarda a baja temperatura en estructuras por debajo de 23 grados; pero además, con esta tecnología es capaz de capturar energía para un consumo inmediato, incluso en días nublados. “Cuando logras eso, eres 100% autosuficiente”, explica Suárez, quien señala que su casa tendría el mismo rendimiento “incluso en el sur de Suecia”.

Con este sistema, la vivienda no emite emisión alguna. “Esta es la puerta para conseguir el reto que se ha marcado la Unión Europea de conseguir que un parque de viviendas con cero emisiones para 2050”, señala Suárez, que recuerda que las viviendas son la fuente del 40% de las emisiones de CO2.

Esta sostenibilidad se logra, además, sin renunciar al confort. Suárez asegura que la casa es capaz de asumir sin problemas el consumo de todos los electrodomésticos habituales, de una piscina climatizada y hasta la carga de un coche eléctrico. Puede alcanzar una potencia de 12 kilovatios por el día, y 6 por la noche. En cuanto a la temperatura, el pasado fin de semana, aunque estuvo nublado y lloviendo, la mantuvo todo el tiempo por encima de los 22 grados.

Su reto, ahora, es lograr industrializar este modelo, compactándolo para poderlo adaptar tanto a viviendas unifamiliares como a bloques de viviendas. Y, a ser posible, hacerlo desarrollando los componentes desde Asturias. “Esta es la casa más eficiente que se ha construido nunca, pero ya tengo ideas para mejorar el siguiente diseño hasta en un 50%”, concluye Carlos Omar Suárez.

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