El obispo de la Diócesis de Orihuela-Alicante, Jesús Murgui, recibió la vacuna anticovid el pasado día 8 de enero en la Casa Sacerdotal. Así lo ha confirmado la Conselleria de Sanidad de la Comunitat Valenciana, que ha anunciado una investigación para aclarar si es uno de los casos de vacunaciones irregulares.

En estos momentos el obispo no había sido incluido en la lista de vacunados de manera irregular que ha elaborado Sanidad, por lo que debe ser ahora Salud Pública la que pida explicaciones al departamento del Hospital General de Alicante para conocer por qué se le administró la dosis y determinar si se hizo cuando no le tocaba.

Desde Sanidad indican que la clave es saber si el obispo vive de manera habitual en la Casa Sacerdotal, donde hay curas mayores y con enfermedades que, a priori, sí que les sitúa en los grupos prioritarios para su vacunación.

El obispo ha admitido en un comunicado que se vacunó el pasado 8 de enero en la Casa Sacerdotal de Alicante. El prelado, tras la polémica surgida tras desvelarse su vacunación, justifica el haberse puesto la primera dosis de Pfizer en que lo hizo junto a los sacerdotes vinculados con la Casa Sacerdotal que, señala, se encuentra próxima a la residencia episcopal y comparten servicio médico. Según el comunicado del obispado, que firma el Vicario General Vicente Martínez, Jesús Murgui "no ha buscado ningún trato de favor sanitario, sino que ha cumplido el protocolo prescrito, como en las demás situaciones sanitarias que ha vivido".

La vacunación del prelado se produjo el 8 de enero, y Sanidad ha confirmado que ese mismo día fueron vacunados los sacerdotes de la Casa Sacerdotal, que recibieron la primera dosis de la vacuna. Murgui, que cumplirá 75 años en abril, como se encarga de recordar el comunicado, señala que siempre se ha vacunado junto a los sacerdotes en campañas como la anual de la gripe. Según la Diócesis, desde el año 2007, en que se inauguró el Obispado y la residencia episcopal, el obispo diocesano "ha estado vinculado sanitariamente a la Casa Sacerdotal por la proximidad entre ambos edificios". En aquel momento el obispo titular era Rafael Palmero. Desde que tomó posesión de la Diócesis, en septiembre de 2012, Jesús Murgui "ha heredado esta situación, de tal modo que su servicio médico es el común a todos los sacerdotes de la Casa Sacerdotal". Siempre que ha tenido lugar alguna campaña de vacunación en la que se ha convocado a los miembros de este centro, por ejemplo la vacunación anual de la gripe, "el Sr. Obispo también ha sido convocado".

Desde el Obispado señalan al diario INFORMACIÓN que el obispo tiene su residencia habitual en Alicante, en el palacio episcopal, que se sitúa muy cerca de la Casa Sacerdotal que dispone de hogar para sacerdotes de la Diócesis y cuenta con una planta especial para los sacerdotes asistidos, jubilados, además de tener capilla, sala de reuniones, salón de actos, piscina y parking exterior para coches.

En estos momentos el obispo no había sido incluido en la lista de vacunados de manera irregular que ha elaborado la comunidad, por lo que debe ser ahora Salud Pública la que pida explicaciones al departamento del Hospital General de Alicante para conocer por qué se le administró la dosis y determinar si se hizo cuando no le tocaba.

Fuentes de la Diócesis de Orihuela-Alicante han asegurado que el obispo Jesús Murgui no ha recibido la segunda dosis de la vacuna, necesaria para conseguir la inmunización.

Sanidad ha abierto una investigación para aclarar si es uno de los casos de vacunaciones irregulares e indican que la clave es saber si el obispo vive de manera habitual en la Casa Sacerdotal, donde hay curas mayores y con enfermedades que, a priori, sí que les sitúa en los grupos prioritarios para su vacunación.

Días atrás, como publicó el diario INFORMACIÓN, la Casa Sacerdotal sufrió un brote de coronavirus que afectó a 24 personas. En este sentido, el Obispado señala que "tras la vacunación, ante la sospecha de algún caso de coronavirus en dichas instalaciones, el señor Obispo fue convocado con todos los demás a hacerse una prueba PCR y ha estado confinado el tiempo que se ha señalado, como el resto de sacerdotes, siguiendo los protocolos sanitarios".

El comunicado del Obispado concluye señalando que el obispo" no ha buscado ningún trato de favor sanitario, sino que ha cumplido el protocolo prescrito, como en las demás situaciones sanitarias que ha vivido".