La incertidumbre ante la vacunación provoca decisiones contradictorias sobre la pandemia

Las afirmaciones de la presidenta de Navarra, María Chivite, sobre la imposibilidad de celebrar los Sanfermines en julio, son el último peldaño de una escalada de declaraciones y decisiones aparentemente contradictorias sobre la pandemia en España. Ningún experto independiente considera creíble a día de hoy la meta fijada insistentemente por el Gobierno de la protección del 70% de la población para el comienzo del verano, y el panorama se vislumbra aún más incierto con la irrupción de las nuevas variantes del coronavirus, más transmisibles y, en el caso de la brasileña y la sudafricana, vinculadas a reinfecciones y a una menor eficacia de las vacunas. Ayer la ministra portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, se apresuró a arrojar agua fría sobre las optimistas previsiones de su compañera de gabinete, Reyes Maroto, que había alentado la posibilidad de reanudar los viajes turísticos en Semana Santa.

“Siento mucho no dar buenas noticias” pero una fiesta internacional como los Sanfermines a la que acuden millones de personas “no va a ser posible más allá de que podamos cumplir con la expectativa de la vacunación”, dijo ayer la presidenta de Navarra, la socialista María Chivite. La decisión corresponde al Ayuntamiento de Pamplona, que se ha mostrado en línea con esta opinión.

Más próxima en el tiempo, la gala de los Premios Goya mantiene su fecha de celebración el 6 de marzo, pero los nominados asistirán de forma telemática, no presencial, según anunció ayer el presidente de la Academia de Cine, Mariano Barroso.

La portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, consideró ayer “difícil” que en Semana Santa haya una “movilidad normalizada” en el tránsito aéreo o en el turismo, y aconsejó “no trasladar prisas ni presión por empezar la desescalada”.

Ya el lunes, Fernando Simón, tras afirmar desconocer en qué fechas cae este año la Semana Santa –el Sábado Santo será justo dentro de dos meses, el 3 de abril–, dijo que no se podría cumplir lo anunciado por Maroto, salvo que la incidencia a 14 días por cada 100.000 habitantes baje por debajo de 150.

¿Público en LaLiga?

Además de la ministra de Turismo, quien realizó otra declaración triunfalista el lunes fue el presidente de LaLiga de fútbol, Javier Tebas, quien se mostró esperanzado de que “en abril o mayo” el público pueda volver a los estadios “si en febrero disminuye el nivel de contagios” y avanza la vacunación.

Tebas ve la “luz al final del túnel” que proporcionan las vacunas, pero otros dirigentes prefieren no deslumbrarse por ella. Es el caso del presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, que ayer recurrió precisamente a una expresión futbolística para pedir cautela. “Queda mucho camino por hacer. Como dice un famoso entrenador, vamos partido a partido”, dijo, en referencia al “Cholo” Simeone, técnico del Atlético de Madrid, y a los plazos del proceso de vacunación.

El dirigente socialista afirmó que “no es ninguna prioridad salvar la Semana Santa”, y advirtió que no pueden generarse falsas ilusiones a corto plazo, cuando atravesamos una situación “muy difícil”, con un gran número de muertes –ayer se comunicó una cifra diaria de decesos, 724, que no se había registrado desde abril–, ingresos y nuevos casos.

Más gráfica aún fue su socia de gobierno, la vicepresidenta valenciana, Mónica Oltra (Compromís), que espetó que “el que diga que salvemos la Semana Santa se merece un ‘calbot’” (coscorrón).

El líder de Más País, Íñigo Errejón, censuró que, pese a los efectos que trajeron consigo las campañas de “salvar el verano y la Navidad” el año pasado, aún ahora “algunos insensatos” hablen de “salvar la Semana Santa”. Defendió que en España lo que hay que salvar son vidas, endurecer las restricciones sin esperar a que acaben las elecciones catalanas y promover una campaña de vacunación “masiva y eficaz”.

Desde las filas de Ciudadanos, la consejera de Sanidad de Castilla y León, Verónica Casado, médico de familia de profesión, calificó de “muy arriesgado” hablar en este momento de fases de desescalada en las restricciones contra el COVID-19 “cuando no hemos terminado la escalada” y hay “mucha gente sufriendo”.

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