El COVID-19 continúa sin dar tregua a los hospitales gallegos, que una jornada más han visto aumentar las camas destinadas a pacientes con el virus. En las últimas 24 horas han ingresado 90 infectados, 10 en UCI y 80 en planta, que elevan los hospitalizados hasta cotas jamás vistas en Galicia: 1.452.

Los diagnosticados que precisan de internamiento se multiplicaron por cuatro en el mes de enero, con más de mil personas. Esta situación ha llevado a que las siete áreas sanitarias funcionen como una única circunscripción y desde la semana pasada se trasladan pacientes de los centros más saturados a otros que todavía disponen de espacio.

Esta desorbitada presión hospitalaria recibe hoy un ligero alivio con una caída de los casos activos por primera vez desde diciembre. El Sergas informa en su actualización diaria de datos de 22.420 infectados, 188 menos que ayer. La curva marca un punto de inflexión tras la voraz escalada vivida después de la relajación de las restricciones en Navidad.

En este descenso destacan, por un lado, un índice de contagios diarios inferior a mil (963) y, por otro, el elevado número de altas médicas prescritas (1.137). Otra cifra que mueve a cierto optimismo es el menor registro de positivos por PCR, 880, frente a la gran cantidad de test realizados, 12.848. El fin de semana se realizaron cribados masivos en localidades como Vigo y Poio.

El virus ofrece este lunes tímidas muestras de contención, dos días antes de que se cumpla una semana de las restricciones más severas jamás impuestas por la Xunta durante la pandemia. Estas se mantendrán, como mínimo, hasta el próximo 17 de febrero.