No habrá adelanto del toque de queda, al menos por ahora. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, salió ayer de la melé sanitaria autonómica dando una patada a seguir. Quince gobiernos autonómicos, tantos como jugadores juegan en un equipo de rugby, le habían pedido tener la posibilidad de modular la prohibición de movilidad nocturna y avanzarla al horario vespertino, tal como se ha hecho en Portugal y Francia, pero Illa lo ha descartado por el momento y se ha limitado a prometer que el Gobierno lo seguirá estudiando. El político catalán considera que con las herramientas jurídicas actuales los gobiernos autonómicos podrán doblegar la tercera ola de COVID-19.

“Lo vamos a valorar en este ejercicio de escucha permanente que tenemos”, declaró Illa en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, en la que estuvo acompañado por la ministra de Función Pública, Carolina Darias, su posible sucesora en Sanidad, y el consejero de Salud de Andalucía, Jesús Aguirre.

El titular de Sanidad defendió que las medidas actuales “nos van a permitir doblegar la tercera ola”. “Dan resultados, no porque lo hemos leído en ningún libro, sino porque lo hemos experimentado en la segunda ola”, explicó. Y si rechaza adelantar el toque de queda, el confinamiento domiciliario ni se plantea.

Illa, que sostiene que se acerca la estabilización de curva de contagios de la tercera ola, en línea con lo afirmado esta semana por Fernando Simón, anuncia “días duros”, pero a la vez augura que “la cogobernanza funcionó en la primera ola, en la segunda y va a funcionar en la tercera”.

Al término del cónclave sanitario, la Xunta informó a través de un comunicado que el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, insistió en la conveniencia de que el Gobienro central pusiera a disposición de las comunidades autónomas todas las herramientas posibles para el control de la epidemia, y que se pudieran aplicar según la situación epidemiológica de cada momento y en los distintos niveles territoriales: provincia, ayuntamiento, área sanitaira y distrito.

La Xunta considera adecuada la posibilidad de que los gobiernos autonómicos puedan modificar y adelantar la restricción de movilidad horaria, así como implantar confinamientos según las necesidades que presente cada territorio.

Tanto comunidades presididas por el PSOE –como Baleares, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana–, como lideradas por el PP –como la propia Galicia, Andalucía y Murcia–, exigieron el adelanto que aplicó Castilla y León el pasado lunes.

El Gobierno Vasco, por ejemplo, planteó fijar a las 19.00 horas el límite horario para el cierre de todo tipo de establecimientos, salvo farmacias y estaciones de servicios, y adelantar a las 20.00 horas el toque de queda.

Se desmarcó claramente Aragón. Su presidente, Javier Lambán, señaló que si pudiera adelantar el toque de queda, fijado en su comunidad a las 22.00 horas, no lo haría. “Con las medidas ya adoptadas vamos a poder reconducir la pandemia”, dijo el mandatario aragonés, del PSOE.

El alcalde de Vigo, Abel Caballero, que intervino en calidad de presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), defendió la importancia de incluir al personal de atención domiciliaria como una prioridad en el plan vacunación, ya que son profesionales que atienden a personas vulnerables. También transmitió la necesidad de apoyar a los sectores que soportan todo el peso de esta crisis, que son la hostelería y las pequeñas empresas. “En este punto, el ministro de Sanidad recordó que las comunidades autónomas recibieron fondos para satisfacer las necesidades de estos sectores”, apuntó la Alcaldía de Vigo en un comunicado.