Una anciana gallega de 84 años es la primera persona incapacitada de España a la que un juzgado obliga a vacunarse contra el coronavirus, pese a que su hija había puesto trabas a que recibiese el tratamiento. La mujer, natural de Cambados, vive en la residencia DomusVi San Lázaro, en Santiago de Compostela. Fue un juzgado de la propia capital gallega el que tomó la resolución, basada en que la salud debe prevalecer sobre la opinión contraria de la persona encargada de su tutela.

Fuentes de la familia han aclarado a FARO que los otros dos hijos de la mujer no estaban al tanto de la reclamación judicial y que están a favor de que se vacune, mientras que la hija afirma que solo pidió tiempo a la residencia para tomar una decisión e información sobre los efectos de la vacuna.

Según informa el diario El País, el juez Javier Fraga justifica la premura de su auto -lo dictó el sábado tras recibir la petición del geriátrico el viernes- en que "pocas cosas hay más urgentes que salvar una vida". La inyección en el centro de mayores estaba prevista para el día siguiente, el domingo, aunque finalmente se retrasó porque se decidió hacer un cribado a todos los usuarios.

“Es verdad que vacunar puede conllevar un riesgo, pero no hacerlo también. La epidemia se va expandiendo y el riesgo vital es muy significativo, se trata de poner en la balanza los dos riesgos y optar por el mal menor, que para una persona de 84 años es vacunarse”, añade el juez, titular del Juzgado de Instrucción 2 de Santiago, que asumió el asunto en funciones de guardia y resolvió sin esperar a un juzgado de Primera Instancia para que la anciana pudiera ser vacunada a tiempo.

La hija de la anciana, que es la familiar de referencia ante la residencia, compareció el mismo viernes ante el juez para exponer su visión. Expuso que temían posibles reacciones adversas del antígeno y se refirió también a la resposabilidad de tener que tomar una decisión así por otra persona. Por ello, la familar sugirió al juez esperar a ver los efectos en otras personas antes de poner la inyección a su progenitora. No obstante, el juez replica que para evitar “el riesgo vital” que supone la pandemia procede inmunizarla de inmediato. “Vacunarse y no hacerlo conllevan un riesgo que forzosamente ha de asumirse pues no caben opciones intermedias", afirma.

Tiempo para decidir e información sobre los efectos

Por su parte, la hija de la mujer ha declarado a FARO que ella solo pidió tiempo a la residencia para decidir e información sobre los efectos de la vacuna: “Mi madre no estaba incapacitada cuando la residencia me pide la autorización y de tomar una decisión yo quería que fuese compartida con mis dos hermanos”. 

Según la versión de la mujer, su madre, con deterioro cognitivo, fue incapacitada por un médico forense, después de su declaración ante el juez. 

También cuenta que “mientras esperaba un correo con la información sobre los efectos de la vacuna” para dársela a sus hermanos, le llegó el viernes por la tarde una notificación del juzgado, pero hasta el sábado por la mañana cuando estaba en la sede judicial no se enteró del motivo de la citación. 

“Yo no me negué al 100% que le pusieran la vacuna. Una doctora de la residencia me dijo que mi madre podría tener fiebre alta, dolor de estómago y no quería tomar sola esa decisión, por eso proponía dejarla para una segunda ronda, pero yo quiero lo mejor para mi madre y para el bienestar de los demás residentes”, insiste la mujer. 

La decisión es recurrible y puede apelar el auto ante la Audiencia de A Coruña, aunque ha declarado que seguramente no lo hará. Eso sí, cuestiona el proceder del geriátrico, que solo se puso en contacto con ella y no con los otros hermanos.

En todo caso, el juez Javier Fraga no descarta la opción de anular la administración de la segunda dosis, prevista para 21 días después de la primera, en caso de que el primer pinchazo provoque efectos secundarios. “Esta instrucción podrá desacatarse en el caso de que la afectada recuperase su capacidad o que ulteriores exámenes médicos desaconsejasen la administración de la vacuna”, según el auto. Si sus hija decidiera sacar a la anciana del centro, deberá devolverla para que reciba la primera dosis y otra vez 21 días más tarde para la segunda dosis.