La vacunación contra el nuevo coronavirus es ya una realidad, pero los tratamientos que ahora se están usando no son los únicos que harán frente al patógeno, puede que ni siquiera sean los más adecuados. Entre las vacunas que están en fase de desarrollo hay una gallega que, de pasar todos los filtros, puede convertirse en una gran alternativa, puesto que será más fácil de producir, más barata y más estable que las actuales, sin necesidad de conservarse a temperaturas extraordinarias.

El proyecto, que está recibiendo financiación dentro de esta línea de micromecenazgo “Sumo Valor” de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), es el liderado por José Martínez Costas del CiQUS -Centro Singular de Investigación en Química Biológica y Materiales Moleculares-. Su equipo trabaja desde abril del año pasado en el desarrollo de una vacuna contra el SARS-CoV-2, utilizando una tecnología propia diferente a todo lo que existe hasta ahora, basada en el uso de microesferas cargadas con proteínas de interés en cada caso.

El equipo ya obtuvo dos versiones diferentes de su preparación de vacuna. En Madrid, en el Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA-INIA), con el que colaboran en este proyecto, se realizaron pruebas en animales de laboratorio, para comprobar cuál era el mejor productor de anticuerpos frente al virus. Han detectado que uno de ellos es mucho más poderoso que el otro. Ahora realizarán pruebas de seguridad, eficacia y respuesta de anticuerpos en ratones en el HZI en Alemania. Si todo va bien, el siguiente paso será realizar las pruebas con monos, en Holanda, en el Centro de Investigación Biomédica en Primates (BPRC). Posteriormente, iniciarán los procedimientos necesarios para comenzar los ensayos clínicos en humanos.

El Dr. Martínez Costas explica que en el desarrollo de vacunas hay un número limitado de sistemas alrededor del mundo, con pequeños aspectos que cambian de uno a otro. Sin embargo, el equipo de la Universidad de Santiago utiliza su propia metodología, que han patentado. “Podemos programar células de cualquier tipo para que construyan microesferas de proteínas y lleven dentro de ellas cualquier proteína que nos interese, en este caso un antígeno de coronavirus. Estas microesferas tienen la capacidad de estimular el sistema inmunológico ”, dice el investigador.

Ventajas de la vacuna

Como señala el investigador, este sistema de vacunas tiene muchas ventajas sobre otros ya desarrollados o en desarrollo. “La principal ventaja de nuestra vacuna es que no se espera que tenga efectos secundarios adversos, ya que está compuesta únicamente de proteínas. Además, es más completo que los que ya se están aplicando. Usamos tres proteínas diferentes, lo que significa que la vacuna está diseñada para combatir varias proteínas del SARS-CoV-2 y contra varios tipos de respuesta de anticuerpos. Además, será muy fácil de producir, muy barato y muy estable, pudiendo conservarse a temperatura ambiente sin alterar sus propiedades”, afirma el científico de la Universidad de Santiago.

"Cuantas más vacunas haya, mejor. No sabemos si los primeros que ya han salido al mercado van a ser los mejores. Lo que está claro es que cuantas más formas de atacar el virus, más esperanzador será el futuro. Los resultados obtenidos por otros laboratorios no influyen en nuestro trabajo porque nuestra metodología es diferente. Buscamos una vacuna segura que funcione ”, comenta Martínez Costas.

Este es uno de los diez proyectos que el Instituto de Salud Carlos III financia en España para obtener una vacuna contra el coronavirus. Además, contó con el apoyo del CRUE -Conferencia de Rectores de Universidades Españolas-, Banco Santander, el CSIC y la Comisión Europea -en este caso para la realización de pruebas preclínicas en animales-. También obtuvieron diversas financiaciones privadas, en particular una generosa contribución de la empresa Urovesa.