La nave nodriza del grupo Inditex, la firma Zara, fue ayer trending topic en Twitter a causa de las rebajas. En tiempo récord, desde las 18.00 horas que comenzaron los descuentos online, la demanda fue tal que se agotaron tallas de inmediato, incluso a clientas que ya habían seleccionado pedidos en sus ‘carritos’ pero que esperaron ¿demasiado? Es época de hacer click sin pestañear. Del consumo velocista. Una reconocida bloguera de moda lo advertía horas antes de la noche de Reyes: “Este 2021 buenas nuevas: las rebajas de enero de Zara se adelantan dos horas, empiezan a las seis en la App y a las siete en la tienda online. A las cinco empezarán con el cartel de ‘Web en mantenimiento’ así que consejo: guarda estas 5 prendas antes de las 17 horas de mañana. De nada y felices rebajas”. El consejo no pudo ser más acertado y el ejemplo es solo la punta del iceberg.

Son las rebajas de la pandemia. A priori, una merma importante de la vida social podría presuponer menos gasto en estilismos. Pero no. ¿Qué pasa con las compras en época de restricciones? Pues que, según los expertos, aumentan las conductas adictivas. En plena expansión consumista, con las rebajas, los expertos llegan a considerar ‘difícil’ distinguir esa adicción a comprar.

“En un año donde el COVID-19 ha inundado nuestras vidas, nuestra manera de comprar no se queda atrás. Esta pandemia también está afectando a la forma de obtener lo que deseamos. Las facilidades para comprar online, las restricciones que vivimos tanto en la forma de relacionarnos como de horarios y de aforos o las vivencias de un año tan complicado, son factores clave y que inciden directamente en cómo compramos. Factores que pueden agravar de forma significativa el problema de adicción a las compras”, explican el psicólogo Pedro Neira y el psiquiatra Mauricio Vaughan, que analizan el porqué de los casos.

“Las conductas adictivas, como las compras compulsivas, se inician con mayor frecuencia en momentos asociados al malestar emocional"

“Las conductas adictivas, como las compras compulsivas, se inician con mayor frecuencia en momentos asociados al malestar emocional(... ) El miedo a lo que vaya a pasar, la rabia, la tristeza, la frustración, son algunos ejemplos de emociones desagradables asociadas a este momento. Comprar, es una conducta que apenas requiere esfuerzo, (más si se realiza desde un dispositivo en casa) y que alivian momentáneamente el malestar emocional”, indica el psicólogo Pedro Neira.

Para detectar una adicción, aseguran que “no necesariamente se tiene que hacer a diario”.

“Es importante estar alerta a estas conductas, ya que en momentos difíciles de la vida como es el que vivimos, las compras compulsivas son una tentación para nuestro cerebro, usándolas como vía de escape”, añade el psiquiatra Mauricio Vaughan.

Las compras compulsivas son un problema difícil de detectar debido a la normalización y efecto cotidiano que tienen las compras. Por lo general, las consecuencias negativas de estas conductas compulsivas tardan en salir a la luz, no sólo porque la persona afectada no reconoce su problema, sino porque el entorno (familia y amigos, clave en la recuperación) no percibe el desajuste con facilidad, explican.

¿Cómo detectar la adicción a las compras?

La adicción no necesariamente se tiene que hacer a diario.

Una de las claves más útiles es pensar en si necesitamos de la conducta para dejar de encontrarnos o sentirnos mal en determinados ambientes.

Sin embargo, con mucha frecuencia son los demás quienes primero identifican nuestra dificultad para controlar, disminuir o ajustar determinado comportamiento.

En ocasiones atribuimos externamente nuestro malestar emocional. Es decir, culpamos a otros. Por ello, no nos hacemos cargo de la resolución de nuestros problemas y acudimos a conductas inmediatas que lo alivien temporalmente. 

¿Tiene solución?

Las compras compulsivas son un problema difícil de detectar debido a la normalización y efecto cotidiano que tienen las compras.

Por lo general, las consecuencias negativas de estas conductas compulsivas tardan en salir a la luz, no sólo porque la persona afectada no reconoce su problema, sino porque el entorno (familia y amigos, clave en la recuperación) no percibe el desajuste con facilidad.

Esto puede hacer que se deterioren las relaciones de la persona afectada con su entorno, pero es importante decir que pueden tratarse y lograr una recuperación del funcionamiento sano de nuestra vida

*Fuente: El psicólogo Pedro Neira y el psiquiatra Mauricio Vaughande la Clínica López Ibor