El personal sanitario gallego ve inviable que el 70 por ciento de la población esté inmnunizado contra el COVID-19 para el próximo verano, ante la lentitud de la campaña iniciada hace una semana en los centros de mayores. La complejidad de la propia vacuna y el retraso en los suministros de las dosis facilitadas por la farmacéutica Pfizer-BioNTech, provocan quejas también en los distintos países de la UE, a la espera de que esta misma semana se apruebe la vacuna de Moderna y en unas semanas más la de Oxford. Ambas vacunas, que se conservan en nevera, podrían favorecer la capacidad de acción.

Algunos países como Bélgica y Alemania estudiaban al posibilidad de retrasar la segunda dosis para llegar a más población, pero la Agencia Europea del Medicamento (EMA) desaconseja retrasarla más de 42 días . “Los vacunados no pueden estar completamente protegidos hasta 7 días después de su segunda dosis”, afirma la portavoz de la EMA Sophie Labbe.

Los vacunados no pueden estar completamente protegidos hasta 7 días después de su segunda dosis”, afirma la portavoz de la EMA Sophie Labbe.

En la primera semana de campaña, a nivel nacional se han vacunado ya 139.339 personas. En Galicia, segunda comunidad en cuanto al número de vacunaciones, la Xunta confirmó que se ha inoculado a más de 12.000 usuarios y trabajadores de 152 centros sociosanitarios, una cifra lejana a los 18.000 que inicialmente se esperaban y que conlleva retrasar todo el calendario previsto. Solo en la primera semana de la campaña de la gripe en octubre se vacunaron al día 7.658 personas en la provincia de Pontevedra, donde residen 215.572 mayores de 65 años.

Objetivo de Sanidade

El objetivo de Sanidade es finalizar la vacunación de la primera dosis de COVID-19 a los mayores en las residencias a mediados de este mes de enero. Hasta ahora Galicia recibió 37.500 dosis, de las que 18.550 pertenecen a la remesa que llegó al pasado martes y deben descongelarse antes de su administración.

“Tenemos una necesidad perentoria de vacunas. Con estas dosis no acabamos de vacunar en un año. Es un desastre organizativo provocado desde el suministro. Las vacunas llegan a cuentagotas y así es imposible programarse. Se está vacunando solo en algunas residencias, no en todas. Creí que las cosas ser haría mejor, pero seguimos igual que cuando faltaron respiradores y mascarillas”, advierte Carlos Bastida, presidente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia en Galicia.

“Tenemos una necesidad perentoria de vacunas. Con estas dosis no acabamos de vacunar en un año", advierte Carlos Bastida, presidente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia en Galicia.

“Hay una logística prevista que si no se cumple obliga a ajustar el calendario. Me llama la atención la disparidad del porcentaje de vacunaciones en las comunidades. Sanidad debe ejercer un liderazgo”, expone Jesús Sueiro portavoz de la Asociación de Medicina Familiar. “El incumplimiento del calendario conlleva más tiempo restricciones porque hemos aprendido que no hay fármacos y que para hacer frente al virus o tenemos vacuna o nos aislamos”, asevera.

Los doctores Bastida y Sueiro confían en que una vez que se apruebe la comercialización de las nuevas vacunas, el plan de acción se agilice y pueda vacunarse a más población.

Emma Rodríguez: “Es preferible vacunar bien a pocos que quedarnos sin segunda dosis”

Los profesionales de enfermería indican que a los problemas de suministro, se suma también la complejidad de la vacuna de Pfizer-BioNTech, que requiere una técnica depurada. Por eso los equipos se forman con enfermeras con conocimientos de vacunación y primeros auxilios. En su opinión, los políticos fueron demasiados optimistas, no solo en cuanto a las previsiones de las vacunas, sino también en el número de personal disponible para la campaña. “Es un sistema novedoso, hay que pedir consentimiento al paciente, descongelar la vacuna, reconstituirla... No es como la de la gripe que viene precargada. En el caso del COVID-19 también vacunar lleva su tiempo y va más lento”, expone Emma Rodríguez, portavoz del Sindicato de Enfermería Satse. “Es preferible vacunar bien a pocos que mal a muchos. Si voy a poner la primera dosis a todo el mundo sin tener cubierta la segunda, mejor vacunar a menos”.

Consentimientos informados.

Los usuarios de residencias que quieran vacunarse, o sus familiares, deben firmar el consentimiento informado dos días antes. Es una vacuna ‘a la carta’ porque cada dosis lleva el nombre del paciente.

Descongelación y 120 horas de uso válido.

La vacuna, llega congelada a -70 grados y así se mantiene en el almacén central de Santiago desde el que se distribuye por toda Galicia. Para utilizarla hay que descongelarla y desde entonces, sin diluir, tiene 120 horas de utilidad. “Tenemos que tener muy medido a quien va cada vacuna, no podemos permitirnos el lujo de perder ninguna dosis.”, incide Emma Rodríguez.

Reconstituir el vial.

La vacuna de Pfizer viene separada, polvo y suero, que el equipo de vacunación debe diluir. “Estamos viendo que si tenemos buena técnica podemos conseguir seis dosis de cada vial, en vez de cinco. Una vez reconstituido hay que inocularlo en seis horas”, explica la portavoz de Satse.

A la espera de que pueda vacunarse en Atención Primaria.

El sindicato, de momento, no ha recibido quejas de sus afiliados en relación con la campaña de vacunación. “A ver que pasa cuando se pase a las líneas siguientes, sanitarios de primera fila de lucha contra la pandemia, fuerzas de seguridad e incluso si llega a vacunarse en Atención Primaria”.