El 4 de marzo, cuando se supo del primer caso de COVID-19 en Galicia, el catedrático de Análisis Matemático Juan José Nieto y su equipo de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) realizaron la proyección matemática que pronosticó el pico epidémico de Galicia para principios de abril. La predicción fue acertada y llevó a aplazar las elecciones gallegas, previstas para el 5 de abril. Como a otros científicos, le preocupa la probable tercera ola epidémica a principios de enero, pero es complicado calcular su intensidad con los modelos matemáticos. “Es difícil hacer cualquier predicción –explica–. Las medidas están cambiando constantemente a nivel de áreas sanitarias y concellos. Estamos en una situación estable, pero preocupados”.
–¿Han estudiado con modelos matemáticos la propagación de las distintas variantes del virus, como la inglesa?
–La mutación del Reino Unido se está extendiendo a otros países, y ya aparecieron cuatro casos en Madrid [y ayer, cinco en Andalucía]. Cuando aparecen cuatro casos es que habrá más no controlados. Por muchos controles que haya es irrefrenable, se va a extender. Hemos hecho un estudio con esa variante que apareció en Inglaterra y que es mucho más contagiosa, sobre el 50%, según algunos estudios. Hemos estudiado lo que podría pasar si se extendiera a toda Europa, y el nivel de infectados sería más alto incluso que las peores épocas de la primera ola. A lo mejor es menos virulento, aunque se propague más. Quizá una cosa se compense con la otra, pero es preocupante. La única esperanza son las vacunas, pero irán poco a poco.
–Si es cierta esa mayor transmisibilidad de la variante británica, algo que algunos científicos ponen en duda, ¿nos podría llevar a los niveles de la epidemia en marzo?
–Sí, sí. O incluso mayores. Pero a lo mejor esa variante, aunque sea más contagiosa, es menos virulenta. Quizá se contagie más, pero el porcentaje de población que padezca cuadros graves, que necesiten hospitalización o UCI, tal vez no sea tan elevado como en marzo.
–Claro.
–Ya hemos visto que los virus, cuanto más virulentos son, menos se extienden. El ejemplo típico es el ébola, que también lo habíamos estudiado en su momento. Es tan virulento que liquida a quien lo tiene y no le da tiempo a transmitirlo, y se reduce la población a la que puede atacar. Por eso esta variante dé quizá síntomas atenuados, y el porcentaje de gente que enferme de gravedad sea menor o la misma. Pero podemos estar en los mismos niveles que anteriormente. Volvemos a lo de siempre: las medidas habituales y prudencia.
–¿Sería posible proyectar con precisión la evolución de la variante inglesa, una vez que se detecte el primer caso en Galicia?
–Supongo que sí, aunque se tomarán medidas inmediatamente. En marzo se tomaron medidas muy similares a las de Italia, por ejemplo, y a nivel nacional, por eso se pudo hacer una predicción. Volvemos a lo que decía, las medidas cambian constantemente en función de la evolución, y eso reduce la propagación de la epidemia. Se toman medidas a nivel de concellos y autonomías, pero serían convenientes medidas a nivel europeo. La prueba es lo que ha sucedido con esta nueva mutación. Nos ha pillado a todos desprevenidos, como siempre. Estamos mucho más alerta, se han suspendido los vuelos del Reino Unido y eso influye positivamente en la evolución, pero es muy difícil hacer cualquier tipo de predicción.
–¿Conforme pasa el tiempo se hace más necesario confinar toda Europa durante 15 días, como propuso hace unos meses?
–Sí, o al menos tomar algún tipo de medida. En China, que es mucho mayor que Europa en extensión y población, salieron adelante a base de tomar estas restricciones. Son medidas muy rigurosas y a veces draconianas. Pero esto es como cuando uno tiene una enfermedad grave, que es mejor tomar una medida a tiempo que demorarlo y que luego no haya remedio.
–Además de que las democracias europeas son poco favorables a adoptar medidas draconianas, ¿otro problema es la escasa implantación de las aplicaciones de rastreo para móviles? ¿Sería imprescindible hacerlas obligatorias para controlar la pandemia?
–Claro, tenía que haber sido así ya en marzo, cuando estuvimos confinados. ¿Por qué no lo han hecho? Es difícil saberlo. A nivel europeo tampoco han tenido mucha implantación. Es el debate entre estar todos controlados y la privacidad de cada uno. Al margen de cuestiones técnicas y sistemas operativos. En un régimen más dictatorial, para entendernos, cada uno tiene el móvil controlado y punto, pero aquí no es fácil. Es una pena, pero hay países europeos que lo han implantado, pero en España, en abril y en mayo no había una estrategia de ningún tipo para hacerlo.
"El hecho de que no se den datos porque es festivo o fin de semana me parece increíble"
–¿Un problema para hacer cálculos son los “apagones” de datos del Ministerio de Sanidad en los fines de semana y festivos?
–A largo plazo no es muy relevante, porque los fines de semana y festivos se va recuperando los lunes. Pero con lo que está sucediendo, que es un drama para todos, el hecho de que no se den datos porque es festivo o fin de semana me parece increíble. Cualquier implementación de una medida cuesta dinero. Pues habrá que dotar presupuesto para que haya personal que siga los datos los fines de semana, festivos y Fin de Año. Es necesario para tomar medidas a corto plazo.
–Las comunidades autónomas manejan a veces distintos parámetros estadísticos. Por ejemplo, en Cataluña se destaca el “riesgo de rebrote”, algo que no se menciona en el resto de las comunidades. Y en España las autoridades sanitarias difunden poco el R subcero, el número reproductivo básico del virus, que en Alemania conoce toda la población. ¿Esto dificulta la comparación entre territorios?
–La comparación siempre es difícil, pero además en España no hay un criterio, sino 17, porque hay 17 autonomías. En esencia los criterios son semejantes, pero hemos visto estos días lo que podemos y no podemos hacer, hasta qué hora podemos salir... Por tanto, ya no es que haya 17 criterios, sino 17 multiplicado por 17 casuísticas, que ya es un número bastante elevado. Si quiero ir a otra comunidad para ver a mi madre tengo que ver los criterios de esa comunidad y la de la mía, con sus áreas sanitarias. Es muy complicado, por eso insistimos en que deberían tomarse medidas a nivel europeo.