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Una asturiana se convierte en la primera vacunada en Lugo: "Cuando pueda volver a Asturias voy a abrazar hasta los árboles"

Carmen Fernández, vecina de Oviedo durante décadas, se fue a Burela hace cinco años para vivir en una residencia geriátrica frente al mar

Carmen Fernández recibiendo la vacuna en Burela

Si alguien todavía no se creía el dicho ese de que gallegos y asturianos son primos hermanos la realidad ha venido a demostrarlo. La primera mujer vacunada en Asturias contra el coronavirus el pasado domingo, Eulalia Josefa Paleo ("Pepita" para los amigos), era una octogenaria natural de Lugo. Y hoy se ha vivido la situación contraria. La primera mujer residente en Lugo a la que se ha administrado la primera dosis de la vacuna de Pfizer contra el coronavirus es una asturiana de nombre Carmen Fernández Pérez. Vecina de Oviedo durante décadas, esta viuda de 85 años nació en Mieres pero se fue a la capital del Principado con apenas 15 años. Estudió bachiller y se casó. No abandonó el Principado hasta que se quedó viuda hace cinco años y fue consciente de que necesitaba cuidados. Lo que no intuía por aquel entonces es que iba a acabar en las portadas de los periódicos al convertirse en la primera de su provincia en comenzar el proceso de inmunización contra el virus. Ahora se siente afortunada. Un ejemplo. "Es una liberación tremenda, no entiendo que la gente no se quiera poner la vacuna, tenemos que dejar atrás esta pesadilla", cuenta la asturiana en conversación telefónica con La Nueva España

Hija de un ingeniero de Minas, Fernández siempre tuvo clara su pasión por Galicia. "Cuando mi marido vivía nos compramos un piso aquí en Lugo para venir a temporadas. Veraneábamos en una finca de León pero nos gustaba mucho esta zona", recuerda. La octogenaria, orgullosa madre, abuela y bisabuela, fue consciente en 2015 de que necesitaba ayuda. "Cuando vamos siendo mayores necesitamos que nos ayuden y eso no tiene nada de malo. Aquí vivo como en un hotel y la gente es encantadora", relata. Allí en Burela tiene casi una segunda familia pero sigue necesitando su ración de Asturias. De hecho en cuanto vuelva tiene claro que quiere recorrer Oviedo y tomarse una sidra. "Cuando pueda pisar de nuevo Asturias voy a abrazar hasta a los árboles", asegura entre risas recordando "lo duro que ha sido para todos este año con el coronavirus".

La octogenaria define lo que ha pasado este año como "un auténtica pesadilla" y por eso es una firme defensora de la vacuna. Recuerda que "es responsabilidad de todos" lo que está sucediendo e insiste en que la inmunización contra el virus es "el único camino que tenemos".

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