Menela, asociación que trabaja desde Vigo con personas con trastorno del espectro autista (TEA) y sus familias, ha recibido dos colaboraciones por un valor de 48.000 euros de la Fundación “la Caixa” y CaixaBank, que destinará a sus proyectos de prevención del envejecimiento prematuro, movilidad y ocio inclusivo, y a la puesta en marcha del Centro de Recursos para personas con TEA. Según Gonzalo Talegón, director de área de CaixaBank en Vigo, esta aportación ayudará a “reforzar los servicios que Menela ofrece a sus usuarios”.

La primera de las ayudas, de 18.000 euros, se destinará al programa de prevención de envejecimiento prematuro en personas adultas con TEA. El objetivo del proyecto es la promoción del envejecimiento activo en base a tres patrones: salud, seguridad y participación. La segunda de estas ayudas, de 30.000 euros, permitirá a Menela contar con un nuevo vehículo que dará servicio al Centro de adultos Castro Navas, en Nigrán. Una furgoneta de nueve plazas adaptadas facilitará la movilidad de los adultos residentes y su oferta de ocio inclusivo. Esta colaboración permitirá, además, la dotación y puesta en marcha del Centro de Recursos para personas con TEA que impulsa la Fundación Menela. Desde estas nuevas instalaciones, que Menela pretende convertir en referencia en la gestión del TEA en Galicia, se ofrecerán servicios de apoyo a profesionales, familias y usuarios.

“Menela intenta adaptar sus servicios a las necesidades que las personas con TEA tienen en todas y cada una de sus etapas vitales con la finalidad de que estén integrados y participen en la sociedad en la medida de sus capacidades”, explica José Manuel Varela Rodríguez, director gerente de Menela.

Además de este centro, Menela tiene otros dos: el de atención temprana y el centro de educación especial. En total, atiende a 216 usuarios y sus familias, para las que este ha sido un año especialmente duro por el cierre durante meses de los centros debido a la pandemia.

“Fue una medida que se adoptó para todos los centros asistenciales, sin tener en cuenta las peculiaridades de cada uno. Las personas con TEA no son un colectivo vulnerable al COVID-19, aunque sí lo han sido a ciertas restricciones, que supusieron una ruptura en su rutina diaria, tan importante para ellos, y que es difícil que entiendan”, dice.