El 2021 se divisa como un horizonte incierto, abrumador como un mar de nubes… ¿Qué nos espera? Nos sentimos como “El caminante sobre un mar de niebla” que el romántico Caspar David Friedrich pintó hace más de dos siglos. El desasosiego nos invade, como al explorador, ante un camino oculto por las tinieblas.

 Ceos Galegos da la bienvenida al 2021 con un océano de nubes que se extiende sin fin. Pero frente al vacío, una luz despunta sobre la bruma. La siempre cambiante luna resplandece para guiarnos en un cielo en penumbra. Y no está sola: Júpiter, Saturno y la constelación de Sagitario la escoltan en su danza nocturna. 

 

 

La evocadora imagen abre un almanaque con otras trece espectaculares fotografías que nos acompañarán en nuestro tránsito por el año que se avecina. Las instantáneas retratan los más bellos paisajes celestes sobre Galicia, captados en entornos tan emblemáticos como los cañones del río Sil, la cumbre del Monte Muralla, el estuario del río Miño, el castro de Baroña, la Torre de Hércules, Carnota, Pena Trevinca…

 

 

Este cuarto calendario de Ceos Galegos estrena comentarios del popular físico Jorge Mira y poemas de la escritora Estíbaliz Espinosa. Una cuidada edición con textos en gallego e inglés que incluye datos de los principales eventos astronómicos del año: equinoccios, solsticios, eclipses, lluvia de estrellas…

  

El proyecto científico y divulgativo comandado por Dosi Veiga también ha mejorado su web, que ahora dispone de una tienda online para la compra directa del calendario. Cada ejemplar tiene un precio de 20 euros, que se destinan a elaborar el almanaque del próximo año y divulgar en la red la defensa del cielo nocturno frente a la contaminación lumínica. Como novedad, también se pueden adquirir postales con las imágenes que ilustran cada mes. Para quienes prefieran la compra local, el calendario también está a la venta en medio centenar de librerías repartidas por 25 concellos gallegos. 

 

 

Extraordinarios de día, mágicos bajo las estrellas

 

Un enigmático laberinto con una corona de luz. Enero nos recuerda que la vida son ciclos y que el universo está en continuo movimiento, una danza que ya comprendían nuestros ancestros y que habrían plasmado en los petroglifos. La cautivadora fotografía fue tomada en la estación rupestre de Pé da Mula, en Sabaxáns, Mondariz. 

 

 

 

El azul fluorescente del mar de ardora en la playa de Carnota bajo el manto de destellos de la vía láctea. Esta sobrecogedora imagen ilustra el mes de septiembre, cuando el fenómeno luminiscente se deja ver en contados puntos de la nuestra. El arenal, el más largo de nuestra Galicia con 7 kilómetros, mantiene su carácter salvaje: conserva sus dunas y marismas, y es santuario de aves migratorias.

 

  

El río Sil como reflejo en la Tierra de la Vía Láctea. La serpiente plateada que se recorta entre los cañones graníticos se mira en el espejo centelleante de la bóveda nocturna. Estas compañeras por tantos milenios se dan la mano en el mes de junio. La instantánea fue captada desde el mirador de Pé de Home en Nogueira de Ramuín.