Cuando las plantas absorben CO2 para crecer, lo eliminan de la atmósfera y es secuestrado en sus ramas, tronco o raíces. Pero el efecto fertilizante del CO2 está disminuyendo a nivel mundial.

Un estudio publicado este 11 de diciembre en la revista 'Science' concluye que la reducción ha llegado al 50% de forma progresiva desde 1982 debido básicamente a dos factores clave: la disponibilidad de agua y nutrientes.

"No hay ningún misterio sobre la fórmula, las plantas necesitan CO2, agua y nutrientes para crecer. Por mucho que aumente el CO2, si los nutrientes y el agua no aumentan en paralelo, las plantas no podrán aprovechar el aumento en este gas ", explica el profesor Josep Peñuelas, del CREAF-CSIC (Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales), codirector del nuevo estudio.

Si la capacidad fertilizante del CO2 disminuye, habrá fuertes consecuencias sobre el ciclo del carbono y por tanto sobre el clima. Los bosques han recibido una verdadera bonificación de CO2 durante décadas, lo que les ha permitido secuestrar toneladas de dióxido de carbono que les permitió hacer más fotosíntesis y crecer más. De hecho, este mayor secuestro ha logrado reducir el CO2 acumulado en el aire, pero ahora se acabó.

Los resultados sin precedentes de la nueva investigación indican que la absorción de carbono por la vegetación está comenzando a saturarse. "Esto tiene implicaciones climáticas muy importantes que deben tenerse en cuenta en las posibles estrategias y políticas de mitigación del cambio climático a nivel mundial. La capacidad de la naturaleza para secuestrar carbono está disminuyendo y con ello aumenta la dependencia de la sociedad de las estrategias de futuro para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero ", advierte Josep Peñuelas.

El estudio publicado en 'Science' se ha realizado utilizando información por satélite, atmosférica, de ecosistemas y de modelización. Destaca el uso de sensores que utilizan infrarrojo cercano y fluorescencia y, por lo tanto, son capaces de medir la actividad de crecimiento de la vegetación.

Según los resultados, la falta de agua y nutrientes son los dos factores que reducen la capacidad del CO2 para mejorar el crecimiento de las plantas. Para llegar a esta conclusión, el equipo se basó en datos obtenidos de cientos de bosques estudiados durante los últimos 40 años. "Estos datos muestran que las concentraciones de nutrientes esenciales en las hojas, como el nitrógeno y el fósforo, también han disminuido progresivamente desde 1990", explica el investigador de la Universidad de Nanjin Songhan Wang, primer autor del artículo.

El equipo también ha descubierto que la disponibilidad de agua y los cambios temporales en el suministro de agua juegan un papel importante en este fenómeno. "Hemos descubierto que las plantas ralentizan su crecimiento, no solo en épocas de sequía, sino también cuando hay cambios en la estacionalidad de las lluvias, lo que ocurre cada vez más con el cambio climático", señalan los autores.