El director del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, David Beasley, alertó ayer del peligro de una “pandemia del hambre” al recibir el Nobel de la Paz en un acto virtual celebrado en Oslo y en Roma por el coronavirus.

Beasley denunció que 270 millones de personas, más que toda la población de Europa Occidental junta, “caminan hacia la inanición” debido a las guerras, el cambio climático, el uso del hambre como arma militar y política, y la pandemia de coronavirus, que agudiza todos los problemas anteriores.

“El fracaso en responder a sus necesidades causará una pandemia del hambre que eclipsará el impacto de la COVID. Y si eso no fuera suficientemente malo, de esos 270 millones, 30 millones dependen al 100% de nosotros para sobrevivir”, dijo Beasley desde la sede del PMA en Roma.

El mundo se encuentra “a las puertas de una hambruna”, denunció Beasley, quien resaltó que el Nobel de la Paz es más que un agradecimiento, es “una llamada a la acción”.

Riqueza mundial

El máximo responsable del PMA destacó que la riqueza mundial asciende a 400 billones de dólares y que incluso en el auge de la pandemia se generaron otros 2,7 billones en 90 días, mientras que para salvar 30 millones de vidas del hambre solo se necesitan 5.000 millones de dólares.

Aunque el PMA dio de comer el año pasado a 100 millones de personas, Beasley incidió en que él no se acuesta cada día pensando en los niños salvados, sino “llorando por los que no pudimos salvar”.

“Cuando no tenemos dinero suficiente y el acceso que necesitamos, tenemos que decidir qué niños comen y qué niños no; qué niños viven y qué niños mueren. ¿Les gusta ese trabajo?. Por favor, no nos pidan que decidamos quién vive y quién muere”, le dijo Beasley a los líderes mundiales.

La comida es “sagrada” y su poder radica en que “nos reúne en nuestra humanidad común”, aseguró David Beasley, quien citó a Martin Luther King y a Jesús de Nazaret, y sostuvo que la alimentación “es el camino a la paz”.