Rara vez los tribunales revocan una condena ya firme. Pero una pontevedresa ha logrado que el Supremo la absuelva de una condena de dos años de prisión y un día de prisión tras demostrarse que uno de los testigos que declaró en su juicio mintió, alguien quien, por cierto, también tendrá un duro castigo por ello. Se trata de una mujer a la que en una sentencia penal la condenaba a dos años y un día de prisión como autora de un delito de lesiones con instrumento peligroso. Se consideraba probado que esta mujer había pegado reiteradamente a un varón con un palo en la cabeza durante una discusión en un bar. Una condena que se sustentaba en un testimonio que se demostró ahora su falsedad.