Un equipo internacional con participación de científicos del Instituto de Investigaciones Marinas (IIM) de Vigo, perteneciente al.Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), muestra que el análisis de las bacterias presentes en las aguas residuales puede servir como un indicador temprano de brotes de Covid-19 y ayudar a predecir la propagación del coronavirus en una determinada comunidad. Los resultados se publican en la revista “Science of the Total Environment”.

Los investigadores, liderados por la Universidad de Concepción (Chile), se centraron en evaluar los cambios en los microorganismos presentes en las aguas residuales y si estos se pueden asociar con la prevalencia de Covid-19 en una determinada comunidad. Su objetivo era dilucidar si determinadas bacterias están asociadas con enfermedades crónicas o factores de riesgo para las formas graves de Covid-19.

Utilizando una tecnología de secuenciación genética basada en nanoporos, los científicos analizaron una serie de perfiles de microbioma gastrointestinal. Con esta técnica se pueden diferenciar las letras del ADN de las muestras haciendo atravesar las moléculas de ácidos nucleicos por unos diminutos poros. Las muestras fueron tomadasde aguas residuales en la ciudad de Chillán (Chile), entre mayo y agosto, procedentes de un centro penitenciario, una residencia de ancianos y un centro de salud con pacientes en cuarentena.

A pesar de que el coronavirus SARS-CoV-2 afecta sobre todo a las vías respiratorias, algunos estudios han mostrado que también puede afectar al tracto gastrointestinal, y las evidencias científicas han revelado ya que un 15% de los pacientes de Covid-19 presenta síntomas gastrointestinales y cerca del 10% tiene estos síntomas en lugar de los respiratorios.

“Nuestros resultados aportan evidencias de que el microbioma de las aguas residuales asociado con trastornos gastrointestinales parece preceder a la detección del SARS-CoV-2 en estas aguas. Es decir, el microbioma de estas aguas revela perfiles específicos de especies bacterianas asociados con comunidades humanas donde prevalece el SARS-CoV-2, independientemente de si sus individuos muestran o no síntomas de la enfermedad”, explica el investigador del IIM-CSIC de Vigo Antonio Figueras.

En concreto, el microbioma procedente del centro de salud se asoció fuertemente con bacterias entéricas, que son las que pueblan los intestinos, ya detectadas en pacientes con enfermedad crónica y trastornos fisiológicos, factores de riesgo para la Covid-19. Por otro lado, los resultados fueron negativos para SARS-CoV-2 en el centro penitenciario y la residencia, excepto la cuarta semana.

“De un modo inesperado, dichas muestras antes de la semana cuarta se correlacionaron con las recogidas en el centro de salud, lo que sugiere que personas con Covid-19 expulsaron un núcleo fundamental de bacterias presentes en su tracto digestivo. Los microorganismos de las aguas residuales positivos para el virus se asociaron con bacterias intestinales descritas previamente en pacientes con factores de riesgo para la enfermedad”, subraya Figueras.